miércoles, 15 de mayo de 2013

CAJÓN DE CIRUGÍAS. TRIPLE MORAL EN ESPEJO CONVEXO...

"Turbulenta la escritura de la Fiesta, dionisíaca su ira transgresiva, un Deseo musical es el Fragmento..." A. Almánzar-Botello.

Francois Rabelais

IMPERATIVOS, DESEO Y ACTO ÉTICO PURO.


Por Armando Almánzar-Botello



I


IMPERATIVO "HIPOTÉTICO" KANTIANO: SIMPLE CÁLCULO DE CONVENIENCIA, INTERÉS EN EL INTERÉS, MERO ACTUAR “DE ACUERDO CON EL DEBER” Y NO “POR DEBER”... PROGRAMACIÓN DE UN ACCIONAR NO AUTOFUNDAMENTADO QUE OLVIDA EL MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER. LÓGICA CIRCULAR DEL COMERCIO Y EL BENEFICIO EGOTISTA.

EL IMPERATIVO "CATEGÓRICO", POR EL CONTRARIO, PERMITE EL ACTO ÉTICO PROPIAMENTE DICHO: ACTO FRONTERIZO, LIMÍTROFE (KANT, TRÍAS, LACAN, ŽIŽEK, ZUPANCIC), EFECTUADO A CUENTA Y RIESGO PROPIOS DEL SUJETO (PARRESIASTÉS: FOUCAULT), ACONTECIMIENTO REVELADOR DE VERDADES PELIGROSAS OCULTAS POR Y PARA LA DOXA.

DICHO ACTO ÉTICO CONSUME UN DETERMINADO CAMPO SIMBÓLICO, LO PULVERIZA, LO REDESCRIBE, Y GENERA LA CREENCIA EN UNIVERSOS SIMBÓLICOS INÉDITOS, MÁS ALLÁ DEL MERO PRINCIPIO DEL PLACER, MÁS ALLÁ DE LA SEGURIDAD DE LOS LÍMITES Y PRETILES CONVENCIONALES ENTENDIDOS COMO ACOTACIONES PROGRAMADAS, NO DE LA VOLUNTAD DE GOCE APROPIANTE DE LOS OBJETOS DEL MERCADO, SINO DE LA POTENCIA DESEANTE QUE ABRE A LO (IM)POSIBLE.

EL ACTO ÉTICO DEL SUJETO PROCESUAL (KRISTEVA), PONE A ÉSTE EN CONTACTO CON LA FUERZA TRANSGRESIVA Y CREADORA DE SU "PROPIO" DESEO INCONSCIENTE.

EL IMPERATIVO CATEGÓRICO PERMITE EXPLORAR EL RIESGO QUE IMPLICA, PARA LA CORPORALIDAD-SUBJETIVIDAD, TRANSITAR POR AQUELLA ZONA INDETERMINADA QUE, DE UN MODO CUASI-EXPERIMENTAL Y VITALIZANTE, EL SEGUNDO WITTGENSTEIN, EL DE LAS "INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS", PENSÓ COMO PROBLEMÁTICO "LABERINTO DE FRONTERAS" ENTRE UN SENTIDO FIRME, PROVEÍDO POR LA TRIBU, APACIGUADOR Y GARANTE DE LA ESTABILIDAD DEL SUJETO EN EL MUNDO, Y EL PELIGROSO ADVENIMIENTO DEL "SINSENTIDO FÁCTICO" QUE VIENE A DESBARATAR LA INFATUADA CERTEZA DE LO DADO...

EL DESEO, CON SU MAYOR O MENOR GRADO DE POTENCIA, CONSTITUYE A LOS SUJETOS ACTIVOS EN SU HETEROGENEIDAD INDOMEÑABLE.

LA VOLUNTAD DE PODER ES DESEO INTENSIVO, COMO NOS RECUERDAN LACAN Y DELEUZE SIGUIENDO A NIETZSCHE. PURA POTENCIA DESEANTE QUE TIENE COMO CAUSA O PRINCIPIO A UN OBJETO REAL QUE SE ESCAPA, EN FUGA METONÍMICA PERPETUA, Y QUE APERTURA EN LA SUBJETIVIDAD UN "QUERER SU LIBRE QUERER" (HEGEL) EN LA AFIRMACIÓN SELECTIVA DE AQUELLO QUE DEVIENE.

IMPERATIVO CATEGÓRICO: "INTERÉS EN LA ACCIÓN DESINTERESADA" (KANT, BADIOU, LACAN, DERRIDA), CUYOS MOTIVOS ESCAPAN A LA LÓGICA CIRCULAR DEL FALSO DON, AL ENDEUDAMIENTO COMO ESCLAVIZACIÓN SIMBÓLICA DEL OTRO Y AL CONTRADÓN COMO SOFROSINE, APACIGUAMIENTO Y BORRADURA DE LA HUELLA QUE NOS INSCRIBE, DESCUARTIZÁNDONOS, EN CIERTA INEVITABLE DISEMINACIÓN, EN EL VENDAJE O BANDA CONSTITUYENTE QUE DESBORDA, EN LO SOCIAL, AQUELLO ESTABLECIDO Y CONSAGRADO COMO CONTRABANDA DEL CONTRATO SOCIAL Y SU MEDIDA COMÚN (DERRIDA).

¿LE ES DABLE AL SER HUMANO VIVIR, SIN RECURRIR DE MODO PENDULAR A SU OPUESTA, ESTA LÓGICA DEL DESAMPARO Y EL LABERINTO ASUMIDOS, LÓGICA QUE IMPLICA EL EJERCICIO DESGARRADO DE LA ÉTICA COMO IMPERATIVO CATEGÓRICO Y VITAL?

¿ES FÁCIL, POR EJEMPLO, SER ANTÍGONA FRENTE A CREONTE?

¿QUÉ SERÍA, EN ESTE PARTICULAR CONTEXTO, LO QUE ALGUNOS DENOMINAN, HABLANDO EN TÉRMINOS ZOOLÓGICOS, EL TERROR DEL POLLUELO CARROÑERO CUANDO NO SE ENCUENTRA BAJO EL ALA PROTECTORA DE LOS BUITRES PATERNOS?

Septiembre de 2012


© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana.


II

PORFIRIO RUBIROSA Y ROMAN GUBERN

Por Armando Almánzar-Botello



En algún lugar de su libro "El eros electrónico", Roman Gubern, el lúcido escritor español reconocido por sus trabajos sobre Mass Media, menciona la relación existente entre voyeurismo, pulsión escoptofílica o escópica —tal como la concibe el psicoanalista francés Jacques Lacan—, y la dimensión electrónico-cibernética de la libido en el mundo postmoderno.

Mientras yo, hace unos pocos años y muy entusiasmado, leía este pasaje del referido texto, pensaba en mis lejanas (al final de los setenta) conversaciones sobre este tema con nuestro desaparecido y lúcido amigo Humberto Frías, y en la casi inexistente posibilidad de que en la bibliografía nacional aparecieran normalmente libros como el de Gubern, pensador que, si bien no es un filósofo “punta”, por lo menos se muestra muy coherente (desde hace largos años) en sus conceptualizaciones sobre diversos fenómenos y mutaciones del mundo telemediático, tecnológico y cultural contemporáneo.

Deploraba de modo íntimo, mientras leía al gran especialista español en comunicación audio-visual, nuestra relativa indigencia local en el orden de la crítica cultural trascendente, y el gran desconocimiento de que son objeto nuestros mejores pensadores y artistas. Monologaba: ¿cuándo se citarán obras de dominicanos como Pedro Henríquez Ureña, Antonio Fernández Spencer, Marcio Veloz Maggiolo, Luis O. Brea Franco, Odalís G. Pérez... en el concierto bibliográfico internacional, tal como se cita, por ejemplo, a un Jacques Lacan? ¿Cuándo se escribirán en nuestro país cultural obras como las de Roman Gubern, por lo menos? ¿Cuándo romperemos verdaderamente con la insularidad creativa en el ámbito de la literatura? Todavía nuestro José Mármol no había ganado el reconocimiento internacional...

Cuál no sería mi asombro, mi sorpresa, cuando enredado todavía en la bruma de mis cavilaciones nacionalistas, antropológico-vernáculas, leí ‘casualmente’, en el mencionado libro, justo debajo de la definición que ofrece Gubern sobre la pulsión escópica en Lacan y las diferencias psicoanalíticas entre ‘falo’ y ‘pene’, que “uno de los penes más grandes del mundo, junto con el de Harry Belafonte, lo era el del dominicano Porfirio Rubirosa…"

Entonces, recuperándome de mi sorpresa e indignación pensé: "¡Oh Dios mío, somos famosos y yo no lo sabía; ya entramos a la historia mundial de la cultura por la puerta GRANDE! El gran éxito internacional que "Rubi" cosechó en su prodigiosa vida diplomática, sólo puede lastimar a los políticos menos dotados que él..."

Y proseguí leyendo a Roman Gubern con gran entusiasmo viril y patriótico... 


Octubre de 2012


© Armando Almánzar Botello
Santo Domingo, República Dominicana.


III

TRIPLE MORAL EN ESPEJO CONVEXO...

Por Armando Almánzar-Botello



Francois Rabelais era en efecto muy anticlerical...

La primera versión íntegra en español, maravillosamente anotada, de su obra "Gargantúa" (Editorial Juventud, Barcelona, 1972) y "Pantagruel" (Editorial Juventud, Barcelona, 1976.) —y no creo que otras ediciones alcancen estos niveles de calidad, aunque toda traducción sea histórica—, fue vertida a nuestra lengua desde el francés antiguo por el médico y escritor catalán Dr. Antonio García-Die-Miralles De Imperial.

Dicha versión consta de dos volúmenes, como hemos dicho, y su texto fue establecido a partir de las ediciones de Lyon (1535) y Amsterdam (1669).

En el famoso capítulo XV (páginas 130-137, tomo II, Pantagruel), Rabelais dice con gran humor, por boca de su personaje Panurgo y a propósito de la construcción de las murallas de París:

“[…] No se lo digáis a nadie y os lo enseñaré —contestó Panurgo—. He notado que las cricas de folgar de las mujeres de este país andan más baratas que las piedras. Que si virgos no los hay, muy apetitosas son las entrepiernas de las viudas solteras. Por lo tanto, se podrían construir con esto las murallas, ordenándolas en buena simetría arquitectónica; se podrían poner las cricas más grandes en las primeras filas; luego, formando una pendiente, disponer las medianas y finalmente las pequeñas madrigueras. Luego se haría un hermoso entretejimiento, a punta de diamante, como la torre de Bourges, con tantos erguidos bracamartes como hay en las braguetas claustrales. […]."

Prosigue hablando el personaje sobre el valor doblemente defensivo de las murallas construidas así, pues, según Panurgo, la falta de aseo de las cricas de las mujeres de París convertiría a las murallas en invulnerables, por la poderosa fetidez (páginas 132-134).

El tomo II, Pantagruel, incluye una interesante reflexión del Dr. Ramón Sarró titulada "Risa rabelaisiana y risa cervantina", además de las magníficas presentaciones y notas de Antonio García-Die-Miralles, el traductor de la obra completa "Gargantúa y Pantagruel"...

No debemos olvidar que si existe en la cultura francesa una figura de vigor literario equivalente al de Miguel de Cervantes en nuestra lengua, esa personalidad es la de Francois Rabelais.

Un teórico y crítico de la estatura de Mijail Bajtin, en su obra "La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento", considera a Rabelais como uno de los espíritus más representativos de la literatura europea del siglo XVI. Un verdadero clásico.

No obstante, como andan ahora las cosas por efecto de cierto puritanismo de pacotilla que pretende, sintomáticamente, enmascarar con vanas letras y torpes medidas la naturaleza profunda de cierto malestar en la cultura, un texto como "Gargantúa y Pantagruel" podría hoy "caer bajo el hacha del juicio normativo" y resultar censurado y prohibido en la República Dominicana. 

Aducirían, los "inquisidores-legisladores", la supuesta inmoralidad de dicho texto, su presunto carácter violento, machista y ofensivo contra la dignidad de las mujeres, y, probablemente, desestimarían su vulgar semantismo declarado intrascendente por esos doctores de la moral iluminada que ya preparan, ocultos en lo que Octavio Paz denominó la baja hipocresía y la guarida-ladronera de las  tramas más inicuas, el nuevo Index librorum prohibitorum postmoderno, y las novísimas hogueras inquisitoriales y ejemplarizantes... ¡Jo! ¡Jo! ¡Jo!... 

¡¡Viles canallas comediantes!!... ¡Ay Rabelais! 

Preferimos no mencionar el nombre de otros autores contemporáneos...

Mayo de 2013


© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana.

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