Por Armando Almánzar-Botello.
OFICIO INGENUO DE BOCAS. Decir, Decir, Decir, Decir. Farfullar. ¡Sí! Hablar, Hablar, Hablar. Tartamudear. Escupir. Escupir saliva borboteante... sí, sí, sí, sí, sisisiempre y en primera persona sisisiempre, sobre sí mismas y sobre las cosas y acontecimientos del mundo: ¡siempre!, noticias babeantes para no decir nada, nada relevante decir, absolutamente nada, nada, nada, nada, nada... Boca: ¡Viva la Vida!... Boca: ¡Muera la Muerte!... Boca: ¡Viva!... Boca: ¡Muera!... ¡Viva!, ¡Muera!, ¡Viva!, ¡Muera!, ¡Viva!... ¡No!... ¡Abajo las formas inútiles y cansonas del silencio! ¡No y no a las piruetas vertiginosas o cansinas de vacancia! ¡Fuera los eruptos de ausencia! ¡Fuera! ¡Fuera! ¡No a los asqueantes borborigmos del Vacío! ¡¡Viva ALGO!! ¡JAJAJAJA! Sí: ¡¡Viva ALGO!! Y si no puede, y si NO PUEDE: mejor NADA decir, terminar, terminar de una vez por todas con la cagalera verbosa, con la diarrea prosódica. Y punto. Callarse... ¡No, no y no a la Guerra Imperialista! Y punto. Callarse... ¿Decir de otro modo, de otro modo, de otro modo, de otro modo?... Callarse... ¡Decir!
Santo Domingo, República Dominicana.