lunes, 26 de septiembre de 2011

Vincent Van Gogh: el “suicidado” que retorna.

Reflexión para-psicoanalítica en torno               a un video sobre Vincent Van Gogh



Por Armando Almánzar Botello 

"These are private words addressed to you in public." T. S. Eliot                   "¡Oh Amor, escritura secreta de la furia!..." A. A. B.


Para la pintora María Rodríguez Rancier, 
con la totalidad de mi admiración y respeto.



He podido apreciar la hermosura un tanto triste que sin dudas se ofrece en la canción dedicada a Vincent Van Gogh en la "banda sonora" de este vídeo. Sin embargo, salvo en algunas zonas de cierta lograda "resonancia magnética" entre la imagen, la música y las aristas temáticas de la canción de fondo, me parece que estamos en presencia de un empalagoso, sensiblero y convencional trabajo sobre el grande y sigiloso Vincent Van Gogh.

(A)*morosa -¿(a)*moral?- delectación en la melancolía de una recepción estética del artista entendido como "víctima sacrificial" de una sociedad que, después de "suicidarlo" (como bien dijo Antonin Artaud), lo reivindica como figura mesiánica en un intento de recuperar el resto excesivo, la desmesura ígnea que deviene, al ser domesticada, en dulce y nihilista "chapoteo de aguas muertas".

A la medida de los que nunca comprendieron ni comprenderán la intensidad de los "vibrantes perceptos y afectos" de Van Gogh, de Edvard Munch, de Francis Bacon... A la medida de un mundo banalizado en el que la sensiblería y el sentimentalismo espectaculares y neuróticos, blandos, soft, light, han sustituido a la peligrosa travesía del Stimmung, a la síntesis arriscada del pensamiento más alto y de la percepción intensiva.

Aquí, en este logrado artefacto digital, bello (la belleza de lo pequeño en su papel de simple y medroso velo del horror) y casi perfecto fetiche audio-visual, se mata, con el cantable casi siempre dulzón que los recubre, el fulgor terrible de las imágenes, el zumbido intenso de la "letra" fragmentada y su luz enardecida; aquí se pretende, con la sentimental melodía de fondo, suturar el horror de la fisura irreparable, de la mancha y del trazo hirientes, del exutorio pictórico indecible; hacer olvidar, en fin, la radical y no reductible ‘disonancia heterofónica’ que aflora en esa pintura intensiva de la furia vital y de la belleza rota.

Se pretende así conjurar, como diría Fredric Jameson, la intensidad intoxicante o alucinógena de la euforia dionisíaca, borrar con la evocación nostálgica de un legado pictórico que deberíamos experimentar como trauma, como sacudimiento que nos desborda, como trágico límite estético de un agujero inasimilable, la herida que Van Gogh escribió sobre lo Eterno.
                                                                         
                                                                              
Fuera de esto que me tomo la libertad de señalar, me gustan la conocida canción de Don Mclean y el montaje de imágenes de este vídeo (uno entre muchos otros) en homenaje al inmenso pintor ignoto. Son hermosos ambos, sí, están muy bien concebidos y articulados, como si juntos tejieran un velo para cubrir la briosa crepitación de un cadáver más vivo que aquellos que lo lloran...

Sin embargo, todo un mundo destruido nos separa esencialmente -o quizá debería separarnos-, de cualquier sentimentalismo tibio y nostálgico, para reunirnos, con los ojos terriblemente abiertos, ante la belleza rota de lo inconmensurable... No obstante, mal que bien me alegra que Van Gogh todavía nos convoque al pie de su abismo, de su enigma irreductible...



¡He meditado horas y días completos frente a los cuadros originales de Van Gogh! Otra cosa muy distinta es su visualización cibernética. Esto corresponde a un arte otro que semióticamente se rige por principios y reglas diferentes. 

Como pequeña 'obra' digital, ésta que analizo tiene sus virtudes técnicas y estéticas, participa de una cierta coherencia interna, rítmica, entre sus diferentes registros y niveles expresivos. Aunque se trucan y sobresaturan con frecuencia los colores reales de algunos cuadros que en ella aparecen, para tornarlos más "llamativos o vistosos" para el gran público. Este es un mal que procede del imaginario fotográfico de la publicidad... Y si no lo creen así, consúltenlo con uno de los intelectuales más cultos y sensibles de nuestro país, el narrador, ensayista y también publicista Don Efraim Castillo... Aunque todo lo que digo sea políticamente incorrecto... ¡Pues bien!

* El psicoanalista francés Jacques Lacan distingue entre:

1) *A: Autre; Otro, cuyo discurso, el Inconsciente, constituye un simbólico insabido que sabe y no soporta que sepamos que sabe; sabe sin saberlo...

2) *a: objet petit a; 'objeto pequeño a'. Objeto real e inalcanzable, causa del deseo. Se encuentra siempre más allá de lo que simula o pretende apaciguar al deseo degradando dicho objeto fugado, metonímico, hasta el estatuto de imagen obturadora de la carencia, mero brillo de la mercancía o del gadget sin fisuras: lethosa. El 'objeto a' como algo real, es lo que falta al Gran Otro, lo que impide su completud.

Para Lacan la REALIDAD no es lo REAL. La primera es una suerte de real domesticado por lo simbólico y lo imaginario. Estos tres últimos registros, juntos, constituyen el trípode denominado Nudo Borromeo: Real, Simbólico, Imaginario. Estos tres órdenes se mantienen unidos por la Metáfora Paterna o por Suplencias del Nombre-del-Padre, como lo puede ser, eventualmente, la creación artística como sinthome, o síntoma "sublimado".

Lo "Simbólico" es el mundo de la palabra y del lazo social, de la distancia adecuada entre los sujetos que sólo ella posibilita.

Lo "Imaginario" es el reino del espejo, de la imagen y de la fascinación no verbal que da pie a la identificación fusional.

Lo "Real" es lo inasimilable, lo inasible, aquello que "no cesa de no escribirse", de no verse, que no se deja capturar por los otros dos registros. Lo real es lo traumático, concebido como tope, como real imposible.

Ese real intratable, a través de la textura, del trazo fulgurante, de la pincelada rota, es (a)ludido, merodeado, bordeado constantemente por la pintura de Van Gogh. 

¿Existe acaso en Van Gogh el 'par de zapatos', o nos encontramos bruscamente en su pintura sobre este tema (como sospecha Derrida) con la mostración de lo impar, de lo disímil, de lo (im)propio, de lo disyunto, con la escritura del ser averiado y la imposibilidad de alcanzar, de un modo definitivo, taxonomías y listas categoriales tranquilizantes? ¿Qué es lo homogéneo? ¿Qué es lo monstruoso, taxonómicamente hablando?... ¿Qué es un par de zapatos? ¿Qué es la simetría bilateral?...
                                                                                  
                                                                                
Para Lacan, la mirada misma funciona como real, como 'objeto metonímico a', como carencia o mancha. Es la dimensión radical de la mirada lo que se pretende borrar o elidir en el acto de la representación pictórica figurativa convencional. Entonces, "miramos que miramos": vemos. El ver es una dimensión reflexiva del mirar en la que se pierde la mirada como carencia pre-reflexiva. No obstante, la insinuación del hueco, la carencia y la mancha, es decir, lo real inaudito, insoportable, reaparece en el gran arte pictórico como torsión o anamorfosis (recordar Los Embajadores de Holbein).

En el video que analizamos, el Otro no tiene ya falta de Ser: "and now I understand " (y ahora yo comprendo), dice en algún lugar la canción de fondo, y es como si la voz que canta dijera al Otro, en este caso a Van Gogh: "Al empatizar contigo, te completo, te recupero para el círculo del intercambio, de la 'cla-usura' simbólica y/o mercantil"... Se pone fin a la hemorragia del ser. Es decir, de modo paradójico se asesina dulcemente una vez más a Van Gogh, mediante el expediente apotropaico, apaciguador, que constituye la recepción "comprensiva" y tierna, humanística, de lo radicalmente extraño.

De hecho, la pintura del holandés vale porque rompe las costuras de la cansada comprensión lírica y/o del encorsetamiento emotivo-convencional, y nos obliga a desplazarnos hacia la "punta loca del cogito", donde la mirada, paradójicamente "ciega" para los prestigios de lo verosímil, patentiza en el lienzo el inaudito y terrible resplandor de lo real.
                                                                                   
                                                                               

Van Gogh es un reto porque encarna en su obra y en su vida un encuentro fallido: Tyché o (des)encuentro con lo real inasimilable para la Razón prisionera del Logos metafísico. No es casual que Descartes sea el fundador, creador o descubridor de los principios de la óptica como disciplina científica. En ese campo de saber, la llamada "perspectiva geometral de la visión" elide a la mirada como "dar a ver" originario de un "Eso" o un "Ello" que "muestra".                          

En "contra" de Wilhelm Worringer (Abstracción y Empatía) me atrevería a decir: La empatía, poderosa arma para incomprender lo "comprendido"; peligrosa arma para comprender lo "mismo". 

En este sentido Jacques Lacan nos dice: "Comiencen por creer que no comprenden. Partan de la idea del malentendido radical, fundamental... El momento en que han comprendido, en que se han precipitado a tapar el caso con una "comprensión", [supuesta empatía auto-resonante] siempre es el momento en que han dejado pasar la "interpretación" que convenía hacer o no hacer para alcanzar la verdad en fuga."

En realidad a Van Gogh no hay que comprenderlo ni canonizarlo. Esto siempre se ha pretendido hacer con su obra y su persona, pero el cadáver sigue vivo: ¡nunca fue un cadáver! A "Van Gogh-la pintura" hay que gozarlo -en el sentido 'más allá del placer' que reviste el Goce para los poetas trágicos griegos, para Freud y para Lacan- y, sobre todo, a Van Gogh hay ...¡que experimentarlo!

Es preciso vivir el riesgoso juego de intensidades puras a que aludimos cuando sentimos-pensamos-decimos el nombre propio inscrito en la obra ¡Vincent Van Gogh!...

Como diría un gran crítico contemporáneo: Debemos permitir que la obra y la vida del gran pintor holandés logren escribir fragmentos de nuestra cotidianidad...

                                                                               
© Armando Almánzar Botello
Santo Domingo, República, Dominicana.
Junio 2010



                       Vincent Van Gogh. Silla. Óleo 1989
  
Esto no es una silla... es un motor carnal y terrible que simula ser una silla. A.A.B. 
                                                                         
"Experiencia desgarradora, demasiado conmovedora, mediante la cual el esquizo es el que está más cerca de la materia, de un centro intenso y vivo de la materia". Deleuze-Guattari.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El sufí, Hermann Hesse y la danza…

"Ho segnato sopra la mia fronte le rughe del tuo utero / i morbidi anelli del tuo muschio mestruale: / ho versato lividi liquori dentro le pagine dei tuoi calendari..." Edoardo Sanguineti


Por Armando Almánzar Botello 


Para Irina Maribel Cruz Garrido.


En alguna zona secreta de su obra nos narra Hermann Hesse —el gran escritor, el artista, el pensador, el viajero, el poeta nómada—, que deslumbrado en una de sus peregrinaciones transvernáculas, después de atravesar ciudades, montañas, valles, mares y ríos y más ciudades, llegó a una gran Metrópoli en la que descubrió, mágicamente, sentada a la mesa de un restaurante muy cosmopolita, a una bella, solitaria y extraña mujer, seductora como una flor maravillosa, con la que no cesó de mirarse apasionada y dulcemente de mesa a mesa, sin intercambiar palabra alguna con ella, mientras él proseguía conversando con sus alegres y hospitalarios amigos
—resplandeciente de entusiasmo secreto y alquímica recóndita esperanza—, sobre temas de literatura, actualidad y política.

Esa mujer tan hermosa se apoderó de su mente de tal forma que por la noche nuestro viajero soñó
—transido por mística y extraña intensidad pulsional—, con el fosforescente rumor de unos cálidos contornos, y en su vívido sueño sintió que sólo por mirarlos cada día al despertar era capaz de abandonar los placeres y libertades de su nómada vida de "lobo estepario"...

Y sintió el soñador en los abismos de su indescifrable carne como un grito, el dorado latir de la cabeza de aquella mujer en su pecho reclinada, y el dulce aletazo de aliento femenino, tibio y perfumado, como un toque del milagro en los labios de su angustia… Y en ese instante despertó gimiendo en noche alta, y se descubrió a sí mismo temblando ante un vacío, completamente solo en la habitación de su hotel alucinado... Tras algunos momentos de estupor bajo un silencio cósmico de nadie, estalló en sonoras carcajadas y se dijo: “Viajar yo aquí, a esta Metrópoli, para encontrar a una mujer inasible, soñada, mistérica, fugaz, inabordable… ¡Qué maravillosa, grande, impredecible, simple y desnuda es esta hermosa y tonta vida!”…

Piensa, mi amor, en el paso vertiginoso del tiempo, en la velocidad de los Metros y de los Jets, en el ruido que hacen las turbinas del motor de los trasatlánticos …y piensa que te amo, vertiginosamente allí donde te escapas… 

Piensa, amor, en las entrañables calles del Gazcue de tu infancia, de la Ciudad Colonial donde jugamos, allá en Santo Domingo; piensa, en las innumerables calles y casas donde has vivido y sufrido y soñado, mi amor, en países diversos y distantes; piensa en las calles de Manhattan y New York: en Estados Unidos y su terrible maravilloso (des)concierto… en New Jersey, donde ahora sentimos el peso misterioso del vivir...

Intensamente vive y explora en tu cuerpo, amada mía, a Europa toda y su convulsa, culpable y gloriosa historia, al África primordial, víctima originaria, a Oceanía y su discreta reserva, al Asia y su recóndito latido indescifrable, a toda América florecida de futuro y esperanza… al Planeta en su totalidad sentiente, al Sistema Solar y sus latidos crecientes…. al próximo y remoto Universo inconcebible, imponderable, expansivo, tremendo… ¡y todo es aquí y ahora, mi amor… tú y yo, siempre!: “sin olvidar el cuerpo vaporoso alígero en el baile”…

¿Ves, adorada, solitaria mía y bella reina de mi amor, que yo también a mi pesar soy un romántico?

Sí, lo soy, quiero serlo siempre mientras dure, ¡¡porque tuya es la gloria y el milagro, y en verdad te amo, mi Dios, para la fuga instantánea de lo Eterno!!



(Texto retocado).



New Jersey, EEUU.

Domingo 18 de Septiembre de 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

DONAR EL VACÍO

(Notas para el olvido)

                      Jardín de rocas de Ryoanji. Kyoto, Japón
                                                                                       
Por Armando Almánzar Botello 

                                                                                         
El poema, en su calidad de objeto verbal condensador y emisor de poesía, es la envoltura y el regalo a un tiempo mismo... No es posible considerar la creación poética como una 'esencia intencional' separada de su corporalidad lingüística. El poema que respira es forma-sentido. El lenguaje no es mero lazo ni adorno accesorio, es la materia viva en la que se encarnan la belleza y la polivalencia del sentido poético...

En otro contexto, los japoneses demuestran conocer muy bien el poder generador de sentido que habita en la forma, cuando elaboran, en su arte tradicional del empaque, regalos maravillosos y sutiles que muchas veces consisten en el acto puro y simple de donar el vacío 空, cubierto por muy hermosas envolturas... 

Sólo debo añadir, que lo que digo aquí no es de naturaleza estructuralista. Es sencillamente anti-husserliano. Husserl, tal como podemos leer en su obra Investigaciones Lógicas, creía poder aislar una capa de sentido pre-semiótico, ‘pre-expresivo’, anterior al trabajo de su producción y que podía funcionar como una suerte de significado trascendental... El análisis de Jacques Derrida es ejemplar en cuanto a la crítica de la metafísica implícita en esta concepción fenomenológica del sentido practicada por Husserl en esta obra magna. 

Nada que ver con la experiencia viva del sujeto que hace arte. En este espacio concreto de productividad significante el sentido surge al compás de la faena creadora, afirmado en la materia expresiva que utilizamos. Aunque existan, sin lugar a dudas, presupuestos estético-teóricos, explícitos o implícitos, e intenciones de partida creadoras. 

Si menciono el caso extremo del arte japonés del empaque, o la estética del Haikú, es simplemente con la finalidad de romper con la ilusión de que el arte se reduce a mera intencionalidad que puede soslayar el cuerpo biológico/erógeno y la materialidad semiótica del acto estético/comunicativo.

Pero estas consideraciones ya no son estructuralistas. Están ligadas a una cierta Semiótica y a una Poética, pero no al estructuralismo stricto sensu.

Aquí en Dominicana, cuando se tocan ciertos temas se piensa que siguen amarrados a las significaciones y contextos que los condicionaban en los años setenta.

Por otra parte, no he dicho que el poema se limite a transmitir el vacío. Simplemente he presentado una nota extrema: el valor del punto de caída o 'deflación semántica' en la configuración del poema como objeto emisor de sentidos múltiples... incluido el vaciamiento catastrófico de las significaciones intencionales estructuradas en consonancia con ciertos códigos manidos de 'dación de forma'. 

Ello ocurre en el Haikú, por ejemplo. Pero también en las manifestaciones poéticas de ultra-vanguardia y post-vanguardia más recientes, tales como la poesía visual, el arte cibernético, el poema transgénico de Kac...

El poema, en su pluralismo semiótico, siempre es algo más que la 'nuda realidad' de la imagen, algo más allá de la mera transmisión de un significado intencional, o del puro acto de donar el vacío, el ruido o el silencio...

Como dirían Noé Jitrik y Jacques Derrida, el poema es el espacio de polivalencia verbal y semiótica por excelencia, en el que se manifiestan el resto inasimilable, la no-presencia originaria y la 'restancia diseminal' del sentido, que exceden, de forma dirigida y orientada, a toda imagen y a todo campo predeterminado de significaciones intencionales previsibles y unívocas.




© Armando Almánzar Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.
                                                                                 
                                                                                                                                                                   
                                                                                        
   

jueves, 8 de septiembre de 2011

SINTHOMITA POLÍTICO

entre lenguaje y 'lalengua'

"El sinthome lacaniano, entonces, en su particular modalidad de invención, suple a la forclusión del Nombre-del-Padre, en un proceso que no-cesa-de escribirse... " A.A.B.

                                                                  
    M.C. Escher. Banda de Moebius con hormigas



Por Armando Almánzar Botello


A Jacques Lacan
A James Joyce
A Alejandra Pizarnik


En verdad la culpa discúlpame tú mi amarga Mielita pues quien dijo así es voz a-cadémica sinthomita para cama o hamaca de psicoanalista que no cree en la mitra ni tampoco en política del montón hipócrita sadomasoquista que devora sin pueblo en misa sin camisa las comas en estado de hostia y "santo-más"...

mentido santo mito parlanchín charlatoso charlatán tan charloso gobernante libresco poeta verboso periodista tramposo ¿para qué?:

para comer vomitar y evitar a la Eva que va a eva-nescerle y no envanecerle con su ser en la letra de chucha encharcada en no-ser que chocheando en su lodo charloco.

ahora. ¡concha! ¡taíno re-concho! ¡bendito africano sancocho!.......  I love you New York!.....
¡¡Turpicula res!!



Carnaval Dominicano del 2010
Santo Domingo, República Dominicana


lunes, 5 de septiembre de 2011

ARS MORIENDI LA ESCRITURA

"Elaborados en y a partir de los textos modernos, los modelos semióticos así producidos se vuelven de nuevo hacia el texto social -hacia las prácticas sociales de las cuales la 'literatura' no es sino una variante no valorizada- para que podamos pensarlos como transformaciones-producciones en curso". Julia Kristeva.

                                                      
Por Armando Almánzar Botello



¡Gracias por nominarme al Ser, por sellarme a la Gloria con uñas tan banales, Doña Muerte!...

Le ofrezco ahora lo que a "José y sus hermanos" más les gusta. ¡Aquello disfrutado por usted en su torva condición de Alquímica Dama invertida y ataviada con botas de tinieblas postmodernas!

¡Usted, mi Doña Muerte, que convierte a los hombres en cerdos putrefactos, como Circe! 

Esta versión de las historias podría ser más apegada a los hechos que la vuestra... Mi Señora. Los hechos, tal como “realmente acontecieron”.... 

¡Usted no estaba sin la máscara esa noche Doña Muerte! ¡Pero yo, transido de dolor, cociné los tentáculos del pulpo junto a Hamlet! To be or not to be!... ¡Señora Muerte!... ¡Y en el odio los otros comieron su verdad! ¿Me escucha usted, Señora Muerte?

La mujer metalenguaje que intentaba alumbrar nuestra miseria irreverente fue Kristeva…

Y hubo un gesto en negro, duplicado en espejos traidores, balbuceantes, pretendiendo violar una página manchada por el Carro Triunfal de una Gloria más Violenta...

Y aquella noche ardía su verdad el Mediador,     
el Trickster, dispuesto a cualquier cosa; letras turbulentas por la carne de fósforo diciendo... haciendo su escalera secreta en rojo-vivo: claroscuro en espiral su pensamiento... ¡Oh erótico-tanático en la página su furia ya danzando!...

¡Todo lo que digo es un invento!... ¿Todo lo que digo es un invento?...

¡Ah la noche de alcoholes extraviados y derrumbe, sagrada la violencia de Kali enardecida en otro secreto apartamento muy lejos esperándome! Remoto y olvidado semanálisis del cuerpo…

Y allí, en el Banquete inmundo, atropellando al pulpo, al plato y a Platón: ¡palabras, palabras, torpes trabalenguas presumidos, insulsa vanidad de unas palabras al desgaire!... Brillaba por su ausencia el aura de un Artaud, el cuerpo lúbrico-abisal, su pensamiento erógeno y mutante... Lacan, al final de su enseñanza, prefería sus Nudos Borromeos y Matemas... ¡Melancolía extática de los perros!...

Pena sobre pena, la poesía en la ciudad aquella noche fue un abismo: sin fin meta-escritura, sí, mas no el amor en cada mantra ni un diálogo fecundo. Beligerancia oscura. Íncubo egocéntrico. Súcubo lamiendo la palabra conveniente, circular y fiduciaria. Hocico docto, ameboide, trapecista. Hueca presunción: letra en el polvo...

Truculencia de un encuentro que persiste sangrando como trauma indescrito en la memoria... ¡Me extraña todo tanto ahora!... Das Unheimliche...  Ars moriendi la escritura…

¡Ay, los viejos transeúntes que olvidaron hoy su origen, que suponen para siempre haber lavado de su carne aquel barro inapelable de su ser y la vergüenza, la Pocilga Nauseabunda Trepadora y Narcisista! ¡Ay, fratricidas letrados de la tribu en la traición unánime!

¡Oh, Santo Domingo!: ¿ruinas postmodernas, circulares? ¡No! Simple copia irrisoria de Cartago en Agustín cuando alumbró el Milagro. ¡Parque Temático y Gran Circo!

Y me gusta la violencia en el poema que florece, pulsión de muerte justiciera, y (mal)-digo los escritos destinados al olvido... como éste….

Y ahora, cauteloso —legión en noche oscura—,
abro las compuertas y lúcido recorro el Laberinto...

                                         
                                        
                                                                           

© Armando Almánzar Botello.Santo Domingo, República Dominicana.