Por Armando Almánzar Botello
El poema, en su calidad de objeto verbal condensador y emisor de poesía, es la envoltura y el regalo a un tiempo mismo... No es posible considerar la creación poética como una 'esencia intencional' separada de su corporalidad lingüística. El poema que respira es forma-sentido. El lenguaje no es mero lazo ni adorno accesorio, es la materia viva en la que se encarnan la belleza y la polivalencia del sentido poético...
En otro contexto, los japoneses demuestran conocer muy bien el poder generador de sentido que habita en la forma, cuando elaboran, en su arte tradicional del empaque, regalos maravillosos y sutiles que muchas veces consisten en el acto puro y simple de donar el vacío 空, cubierto por muy hermosas envolturas...
Sólo debo añadir, que lo que digo aquí no es de naturaleza estructuralista. Es sencillamente anti-husserliano. Husserl, tal como podemos leer en su obra Investigaciones Lógicas, creía poder aislar una capa de sentido pre-semiótico, ‘pre-expresivo’, anterior al trabajo de su producción y que podía funcionar como una suerte de significado trascendental... El análisis de Jacques Derrida es ejemplar en cuanto a la crítica de la metafísica implícita en esta concepción fenomenológica del sentido practicada por Husserl en esta obra magna.
Nada que ver con la experiencia viva del sujeto que hace arte. En este espacio concreto de productividad significante el sentido surge al compás de la faena creadora, afirmado en la materia expresiva que utilizamos. Aunque existan, sin lugar a dudas, presupuestos estético-teóricos, explícitos o implícitos, e intenciones de partida creadoras.
Si menciono el caso extremo del arte japonés del empaque, o la estética del Haikú, es simplemente con la finalidad de romper con la ilusión de que el arte se reduce a mera intencionalidad que puede soslayar el cuerpo biológico/erógeno y la materialidad semiótica del acto estético/comunicativo.
Pero estas consideraciones ya no son estructuralistas. Están ligadas a una cierta Semiótica y a una Poética, pero no al estructuralismo stricto sensu.
Aquí en Dominicana, cuando se tocan ciertos temas se piensa que siguen amarrados a las significaciones y contextos que los condicionaban en los años setenta.
Por otra parte, no he dicho que el poema se limite a transmitir el vacío. Simplemente he presentado una nota extrema: el valor del punto de caída o 'deflación semántica' en la configuración del poema como objeto emisor de sentidos múltiples... incluido el vaciamiento catastrófico de las significaciones intencionales estructuradas en consonancia con ciertos códigos manidos de 'dación de forma'.
Ello ocurre en el Haikú, por ejemplo. Pero también en las manifestaciones poéticas de ultra-vanguardia y post-vanguardia más recientes, tales como la poesía visual, el arte cibernético, el poema transgénico de Kac...
El poema, en su pluralismo semiótico, siempre es algo más que la 'nuda realidad' de la imagen, algo más allá de la mera transmisión de un significado intencional, o del puro acto de donar el vacío, el ruido o el silencio...
Como dirían Noé Jitrik y Jacques Derrida, el poema es el espacio de polivalencia verbal y semiótica por excelencia, en el que se manifiestan el resto inasimilable, la no-presencia originaria y la 'restancia diseminal' del sentido, que exceden, de forma dirigida y orientada, a toda imagen y a todo campo predeterminado de significaciones intencionales previsibles y unívocas.
© Armando Almánzar Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.
El poema, en su pluralismo semiótico, siempre es algo más que la 'nuda realidad' de la imagen, algo más allá de la mera transmisión de un significado intencional, o del puro acto de donar el vacío, el ruido o el silencio...
Como dirían Noé Jitrik y Jacques Derrida, el poema es el espacio de polivalencia verbal y semiótica por excelencia, en el que se manifiestan el resto inasimilable, la no-presencia originaria y la 'restancia diseminal' del sentido, que exceden, de forma dirigida y orientada, a toda imagen y a todo campo predeterminado de significaciones intencionales previsibles y unívocas.
© Armando Almánzar Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.
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