jueves, 30 de agosto de 2012

HIMNO PARA SER LEÍDO A VIVA VOZ

CARGADA LA PROSODIA DE MEMORIA IMPETUOSA Y DE LEGÍTIMO ORGULLO                                                                                                                                                                                                                                                                                          
                                    Máquina a escala nanométrica.

                                         
          Puesto de venta de frituras en Villa Mella, República Dominicana.



Por Armando Almánzar-Botello



Hay poetas de ultravanguardia que amamos realmente, casi desde nuestra remota y hostigada pubertad -sin poses ni engreídos postvanguardismos cosméticos-, los vectores tetradimensionales, la segunda ley de la termodinámica, la teoría de catástrofes, las diversas concepciones del caos con sus atractores de Lorenz y estructuras disipativas de Prigogine; los objetos fractales de Mandelbrot y la nanotecnología húmeda; la semiosis ilimitada y la textualidad recursiva; los Clásicos leídos con los métodos de la semiótica y la hermenéutica; el neo-marxismo lacaniano y la Universal Revolución; la genética molecular y la manipulación del genoma; los gradientes y diagramas físico-matemáticos, filosófico-deleuzianos también; el hipertexto, el genotexto, el metatexto, el paratexto, el architexto… la diversa y abismal archiescritura... las novísimas escripciones en precipicio cuántico y las flores barrocas y transgénicas sin olor... sin embargo, en el fondo sin fondo de nuestro desamparo místico, trágico, político, epistémico, lúdico, líquido, ¡nietzscheano!, somos tan patrióticos, nostálgicos y vernáculos, que degustamos devotamente mabí de bejuco de indio, "roquete", yaniqueque, canquiña, cocada y chicharrón... ¡creemos de verdad en la producción nacional!, y deseamos usar todavía calzoncillos de la marca criolla Caimán.

¡Que vivan esos poetas de auténtica vocación ontológica! ¡Quién nos viera, quién nos viera, más arriba, mucho más!




© Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana

lunes, 27 de agosto de 2012

LA DIGNIDAD DE LOS CORRECTORES DE ESTILO


"Nunc cognosco exparte: tunc autem cognoscam sicut et cognitus sum." Sanctus Paulus

V. I. Lenin
                                                                           
Por Armando Almánzar-Botello


A la memoria de Léon Bloy y Jorge Luis Borges
A Ted Nelson



Para mí, partidario de cierta Teología Híbrida de la Liberación —catafático-apofática y mestiza—, revolucionarios como Espartaco, Robespierre y Lenin, Simón Bolívar, Emiliano Zapata, Fidel Castro, José Martí, Mao Tse Tung, Ho Chi Minh, Toussaint-Louverture, Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Rosa Luxemburgo, Abraham Lincoln, Martin Luther King, Mahatma Ghandi, Malcolm X, León Trotsky, Ernesto “Che” Guevara, Farabundo Martí, Tupac Amarú, Augusto Cesar Sandino, Ollanta Humala, Evo Morales, Hugo Chávez, Nicia Maldonado, Juan Pablo Duarte, Juan Bosch, Manolo Tavárez Justo, Patria Mirabal, Minerva Mirabal, María Teresa Mirabal, Amaury Germán Aristy, Francisco Alberto Caamaño, Amín Abel Hasbún, etc, etc, etc... sólo constituyen meros Correctores de Estilo del "Libro del Mundo" (margen de acción otorgado a los hombres por la Divinidad misma), definido ese Libro en su histórica fluencia como Hipertexto grandioso escrito y articulado por Dios, pero abierto a las intervenciones y misreadings ("malas" lecturas) entendidas por Harold Bloom como distorsiones creativo-hermenéuticas y reenunciaciones transformativas fuertes del texto tutor, operadas por la serie ilimitada de sus más vigorosos lectores: los Revolucionarios...

El hombre común, ordinario, es también Corrector de Estilo del Gran Hipertexto, pero sus intervenciones más débiles o discretas que las del Revolucionario, únicamente apuntan a eliminar o colocar en lo escrito un simple acento, una diéresis o una coma, a modificar la simple ortografía de una palabra o tan sólo a corregir o retocar con extrema cautela una cifra, un paréntesis, un olor, una imagen o un sonido, pero sin afectar nunca de modo permanente, radical, intenso y profundo, el ritmo sublime de la caligrafía tremenda, la secuencia sintagmática prodigiosa y el turbulento rizoma generado por el Acto de Archiescritura Divina.

"La única sabiduría que podemos esperar adquirir /es la sabiduría de la humildad: /           
la humildad es interminable."


© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana.

sábado, 25 de agosto de 2012

Un destino de Odradek

"Videmus nunc per speculum in aenigmate, tunc autem facie ad faciem" Sanctus Paulus 


                                                                          
                                                      Franz Kafka



Por Armando Almánzar-Botello



A la memoria de Franz Kafka



Recibió, pacientemente, durante mucho tiempo, aquellos burdos pinochos de madera.

En algunas ocasiones, tan sólo recibía simples trocitos de palo muy mal articulados; en otras, meros carretes de hilo, pequeños trozos de vidrio, papelitos y cartones con manchas enigmáticas, bolitas y dados corroídos por los golpes del juego en el transcurso de los años…

Y el Amor Intellectualis operaba con todo su poder transfigurante sobre aquellas marionetas y desechos desprovistos de sentido y de auténtica vida.

El hombre iba devolviéndolos, con ternura y comprensión perseverantes. Mansamente retornaba, en lugar de lo inerte recibido, niños luminosos de carne y hueso, aire lúcido cantando, materia iluminada por el soplo sefirótico, morfología y sintaxis de vocación celeste, anima mundi en letras de fulgor inveterado.

Hasta que oyó la voz de Dios diciéndole: “¡Detente ahora! Eres ya el verdadero responsable de tus traviesas e imperfectas criaturas. ¡Oh tú, pobre Corrector de Estilo!



© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana.



miércoles, 15 de agosto de 2012

MUJER= COSA. Para leer lentamente, con voz relativamente alta...

Elevar el objeto a la dignidad de la Cosa
Jacques Lacan.


Por Armando Almánzar-Botello

A Elizabeth Quezada 


Comparar a la mujer con una Cosa enigmática (Das Ding), sin fondo; considerarla una estatua de jade que nos piensa, oculta en su propia belleza; decir que la mujer nos puede hablar como habla un libro, o que, por lo contrario, participa voluntariamente de una mágica y sabia reserva de silencio, como si ella fuese un discreto y enigmático organismo vivo, todo esto no es torpe y simple misoginia, no implica negarle la subjetividad y sus derechos como sujeto político-social a la mujer, sino más bien el abocarnos a esa pura poesía iluminada que vislumbra el goce femenino más allá del falo. Asunto de auténticas mujeres y de auténticos/as poetas. 

Ahora merodeamos un pensamiento desterritorializado que confiere su máximo esplendor a la fuga femenina hacia lo incierto, más allá del agresivo y provisorio suspenso masculino, falsamente feminista, de la Hembra deslumbrada en simetría inversa por el Falo insomne. 

La mujer que reniega compulsivamente de ‘lo femenino’ -aquí entendido como ‘línea de fuga desterritorializante’-, para concebirlo de modo incauto como sinónimo substancial de mera ‘debilidad’, rechaza, en nombre de una supuesta liberación beligerante, su estatuto mítico-simbólico de 'diosa' para constituirse, muchas veces, en plagiaria torpe y en simple 'envi-diosa' de lo abusivamente ‘propio’ de la injusticia falocrática, de la hipostasiada masculinidad. Y sí:

"La mujer es secreta: /apariencia pintada,/ como libro de estampas para indoctos/ que esconde un texto místico, tan sólo/ revelado a los ojos que traspasan/ adornos y atavíos./ Quiero saber quién eres tú: desvístete." JOHN DONNE (fragmento del poema TO HIS MISTRESS GOING TO BED, en traducción de Octavio Paz).


ANEXO A: MUJER=COSA. Para leer lentamente, con voz relativamente alta...


Por Armando Almánzar Botello



El FALO es la transfiguración simbólica del PENE en una insignia de poder. Su funcionamiento como tal es trans-histórico, pero no a-histórico: ¡OJO, categorías distintas!

En sus estudios sobre el Edipo Africano, Ortigues muestra cómo, en ciertas sociedades de filiación matrilineal, la función 'paterna', 'fálica', de Prohibición del Incesto, no la desempeña el padre biológico del sujeto, ni la figura del tío materno de más edad (quien normalmente asume el rol de autoridad en las sociedades matrilineales, pues matriarcado propiamente dicho no ha existido nunca a no ser como mito), sino un árbol totémico, el Algarrobo, símbolo de la Metáfora-'Paterna', de la filiación y de los antepasados (hombres y mujeres).

El uso que se define en la RAE del término 'falo' es el uso coloquial, vulgar de la palabra, no su definición técnica compleja en el ámbito del Psicoanálisis. Para una mayor edificación al respecto, resulta más interesante consultar los diccionarios de psicoanálisis de Laplanche-Pontalis, de Elisabeth Roudinesco-Michel Plon, de Dylan Evans, etc, etc...

Pero la cosa se complica, porque ese simbolismo, para Lacan, puede funcionar en un plano imaginario-arcaico y pre-especular (mito de la captura de la pulsión por el significante) y en otro registro propiamente simbólico, ligado ya al discurso propiamente dicho con su doble articulación (de acuerdo a la “vieja” tripartición lacaniana de lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario).

En otro contexto, Lacan considera al falo como un 'semblante' (definición que no tiene que ver directamente con el rostro) y que expresa, sencillamente, el posicionamento del sujeto con respecto al Orden Simbólico en general y al discurso como lazo socio-lingüístico que permite construir una cierta realidad.

El falo alude aquí, fuera de toda referencia al pene y a la anatomía, al tipo de goce asordinado, reducido, temperado, que resulta en el sujeto (tanto hombre como mujer) como efecto de la interposición del lenguaje articulado, del discurso, en la trama fusional que lo relaciona con sus objetos primordiales de deseo. Nada que ver con una 'hipóstasis del falo-pene'. De hecho, ni la mujer ni el hombre alcanzan la 'completitud' que implicaría obturar la falta del Otro inconsciente. ¡Nadie detenta el Falo! Ni el Hombre ni la Mujer. Sólo se alcanza el reflejo de tal fusión en la psicosis...

Pero para Lacan sí existe en las mujeres un 'goce más allá del falo', que, eventualmente, el hombre mismo podría asumir, y pone como ejemplo de ello el llamado goce de los/as místicos/as...

Por otra parte, las categorías de 'Metáfora Paterna' y 'Nombre-del-Padre' aluden, más allá de sus denotaciones machistas o meramente androcéntricas, al 'corte' y a la 'separación' necesarios para la generación de un sujeto relativamente autónomo.


Corte y separación producidos por la intervención de lo Simbólico, tético o posicional, connotado por Kristeva como 'Paterno', con respecto a la dimensión 'Matricial' de lo Semiótico que representa la Chora como transgénero.  Esa chora es connotada como 'Maternal' en un sentido simplemente figurado, pues resulta, de hecho, más que bisexual, polimórfica y transbinaria.... Esto es algo muy antiguo en el pensamiento de Julia Kristeva.

Para comprender estas nociones y problemas, que no son simplemente intuitivos, se necesita manejar ciertas categorías procedentes de los viejos pensamientos de Platón (Timeo), Derrida, Deleuze, Badiou, Kristeva, Lacan, Colette Soler, Zizek, etc... That is the problem!...



Nota publicada originalmente en Facebook
Martes, 6 de marzo de 2012





© Armando Almánzar Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.

lunes, 13 de agosto de 2012

LÁGRIMAS NEGRAS: las mías por ti


POEMA ASONETADO, PERO TRASCENDENTE

                  Basílica Nuestra de la Altagracia. Higüey. República Dominicana. 


Por Armando Almánzar-Botello



¡Ay que triste, mi amor, ay que triste, ay que triste! ¡Y yo que hasta había comprado cien galletas para surtir el negocito pulsional de mi corazón memorioso! Y yo que hasta ya sentía correr por mis venas las aguas del río Duey, de Higüey, y de los ríos Yuma y Quisibaní....también de Higüey... Pero el buey estalló y todo se fue a la mierda, al mar del morir que es el vivir cuando se olvida el amor...

¿Te olvidas acaso del hecho simple de que lo eres todo, "toitico" para mí?

Pienso que un poema, una obra de arte, un relato, un ensayo como obra literaria, remontan por encima de las meras circunstancias afectivas de la "dedicatoria" y del simple hecho de si su autor(a) ofrece amor o no a un(a) determinado(a) mujer u hombre. ¡Pretenden valer por sí mismos con vocación de eternidad! ¡Más allá del ontológico pavor al excremento, velado con la nombrada métrica justa!

Y los míos —supuestos textos poéticos, ensayísticos y/o narrativos que con tanto amor escribo (aun sin haberlos dedicado de modo explícito a persona alguna en muchas ocasiones)— pretenden tener un valor transnarcisista, transhistórico y transideológico, como decía del poema y del "texto literario como valor y ritmo", ese gran manoseado y en ocasiones mal comprendido teórico francés Henri Meschonnic, en su lúcida teorización de los Tres Trans... ¡Jo!

Si por humildad fuera (aquí mi voz imita al Joaquín Balaguer más histriónico y "pizpireto"): ¡¡Quien ahora les habla merecería una corona de laureles!! Ningún hombre ordinario soportaría las cosas que he soportado yo, y, sobre todo, ¡tus desplantes, bella gitana, tus desplantes!

Sin embargo, te sigo a(r)mando y no te ol(vid)o... "por aquello que hicimos cuando chiquitos"... como diría Borges siguiendo en esto al poeta César Vallejo...



CODA:

MI DORMIR, MI DESPERTAR...



Yo, en particular, monstruo ineludiblemente culpable, aunque trabajo escribiendo casi siempre hasta muy altas horas de la noche, duermo luego muy en paz, de un modo singular, paradójico-turbulento pero irrenunciable: un contradictorio amoroso sosiego de metafísico y absorto lirón acompañado, lúcido y feliz... ¡Claro!, siempre muy bien iluminado por la Otra; primero, por mi Consciencia Encarnada en Rojo Primario Intenso, y, luego del Onírico Erótico Desastre, por la Revolución sutilmente atenuada en un temperado y gentil Rojo Bermellón... Y al despertar, sólo recibo besos inocentes, limpios todos de artificio y virtualidad...



© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana. 






sábado, 11 de agosto de 2012

Nota sobre la felicidad: ...pero, ¿no es para nosotros?...



Por Armando Almánzar-Botello


La FELICIDAD (o la ESPERANZA) existe, pero "no es para nosotros"... Algo así le comunicaba Franz Kafka a su amigo Gustav Janouch. 

¿Quería significar el gran escritor checo que no podemos nunca disfrutar de ella, que nos está vedada toda felicidad? …¡No! Quería decir, sencillamente, que aquello que nos hace felices no aparece allí donde lo esperamos.... que la felicidad existe a la medida de cada singularidad o sujeto... Tyché, decían los griegos: encuentro indeterminado, no calculable, con lo Real... Lo mismo acontece con la Desgracia...

Lo que es la felicidad para 'Juan' no lo es para 'Pedro'. Esto no niega la posibilidad de luchas programáticas por el bienestar común... Pero, esencialmente, para cada sujeto, la felicidad es lo imprevisto, lo contingente... ¿Como La Revolución, en la que todavía algunos seguimos creyendo?... ¿Como las pequeñas y diversas revueltas cotidianas que marcan un destino, y secretamente nos transforman?...

El tema de la felicidad en relación con el mencionado pensamiento de Kafka me fue sugerido (además del mismo libro de Janouch, "Conversaciones con Kafka") por una reflexión del filósofo italiano contemporáneo Giorgio Agamben (en su obra "Profanaciones", Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2005, página 23.)

Es muy amplia y matizada la literatura sobre el tema de la felicidad en Occidente, desde la antigüedad greco-latina: Platón, Aristóteles, Séneca... hasta San Agustín, Kant, Gracián, Nietzsche, Freud, Proust, Russell, Adorno, Lacan, Miller, etc.

Mientras el 'entusiasmo' es para ciertos filósofos como Immanuel Kant la clave de la felicidad, Jacques Lacan, coincidiendo en esto parcialmente con el gran escritor Marcel Proust, concibe una "felicidad pulsional" a la que el sujeto no aspira 
puesto que desde el principio está situado en ella, pero de la que se informa por mediación de la contigencia del encuentro con lo Real, y a la que modula por un subsiguiente goce temperado por el significante.

En ese sentido, Theodor W. Adorno decía: "Con la felicidad acontece igual que con la verdad: no se la POSEE sino que SE VIVE EN ELLA."

Para Lacan y Miller, existe una separación radical entre deseo y felicidad. Sólo el encuentro contingente, fortuito, casual con el objeto puede generar la felicidad como posicionamiento particular, idiosincrásico, de un sujeto con respecto al goce, en el contexto de una particular historicidad o regimentación discursiva de los modos de 'jouissance' o goce propios de cada época... 

Aunque esa 'felicidad' del goce anule provisoriamente los marcos referenciales y los pretiles de seguridad del Yo...


24 de junio de 2012


© Armando Almánzar Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.
ORIGINALMENTE PUBLICADO EN FACEBOOK