Francis Bacon.
Francis Bacon. Fragmento de una crucifixión. 1950.
Por Armando Almánzar-Botello.
Tematizar poéticamente lo difuso-terrible, la incertidumbre y lo amorfo amenazante, la evisceración turbulenta y figural de los cuerpos —grafía serena, parsimoniosa, imperturbable, casi dulce hasta que se avizora el grito, el desgarrón, el hueso, el puro crudo real de la carne sufriente—, puede remitirnos, por vía de los carriles de una reveladora metonimia sangrante, a la trágica verdad de una escena social cuyo guión lo escriben la cuchilla impertérrita de las nuevas injusticias y las renovadas violencias, el garfio que delira con el exterminio programado del Otro —de los más débiles, de los marginados y diferentes—, la mano siniestra de los más duros y perversos poderes del Infierno establecido...
Y entonces —lo repetimos—, nuestra escritura sería considerada violenta, pues podría ella revelar la secreta alianza, normalmente innombrable, que opera entre la llamada "virtud oficial" y el "crimen financiero-tanático" erotizado... Escritura que ilumina el ¡MATADERO TURBIO PLANETARIO!
Santo Domingo, República Dominicana.
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