jueves, 26 de enero de 2012

escritura y retorno desértico

"«Todo fluye»: también este pensamiento. ¿Y ello no hace que todo vuelva a detenerse?" Paul Celan

Al inicio del acto de escritura el sujeto impersonal cumple infinitos de no ser, de no haber sido siendo. Luego muere para renacer en la lectura de otro sí mismo, interminablemente... A.A.B.



Por Armando Almánzar Botello 


A la memoria de Jacques Derrida



La escritura intensiva es ambigua. Siempre comporta para el viajero un riesgo de muerte y locura en la exploración del desierto. Ella es medicina y veneno simultáneamente: pharmakon paradójico disuelto en el agua indescrita del oasis...

Encontrar el oasis salvador de puras aguas medicinales ya no es 'propiamente' la escritura como diseminación, es más bien la lectura interpretativa  —realizada por el viajero mismo, en primer lugar—, de la cosa viva y monstruosa que un 'Se' impersonal ha engendrado y vomitado arrancándole arena, cactus, frío y ardor a la experiencia inconmensurable del desierto. 'Se' da el agua clemente a eso en el oasis de lo verosímil.

Escribir es un despliegue peligroso de huellas con rumbo firme o vacilante hacia lo ignoto. Lo salvífico sería tener fe en el propio riesgo, en la terrible gratuidad de la aventura, saber leer-descubrir el sentido recóndito de nuestros pasos en un posible repliegue o retorno desértico a la codificada seguridad de la Tribu.





© Armando Almánzar Botello 
Santo Domingo, República Dominicana

martes, 24 de enero de 2012

No hay que confundir los derechos con las obligaciones

"I would prefer not to." Bartleby, the Scrivener. Herman Melville

"No es que no debamos actuar, es que no debemos hacerlo cuando con ello sencillamente tornamos más eficiente nuestra subordinación a la violencia mítica del poder." A.A.B.

                     Delacroix. La libertad guiando al pueblo. 1830


Por Armando Almánzar Botello 



Cuando ciertos poderes, en función de sus particulares intereses y/o coyunturas, pretenden obligar-persuadir a los sujetos —de forma explícita o sibilina—, para que éstos realicen un cierto ejercicio de ‘sus propios derechos ciudadanos’, debemos adoptar de inmediato la estrategia de la sospecha.

Nuestra desconfianza se justifica porque salimos entonces del reino de una elección que se supone discrecional, crítica, libérrima —y que comporta, eventualmente, la posibilidad de abstenerse de actuar, y/o la revocación, redescripción o ampliación del contenido de algunos de nuestros derechos—, para entrar en el ámbito turbio de la manipulación cínica, ‘super-yoica’ y oportunista, ejercida contra el sujeto por la vocación de control de los poderes constituidos en el desierto engañoso de la seudo-democracia.

Nos encontramos ante el viraje represivo de una dudosa libertad vigilada, administrada por el sistema, contra el real ejercicio crítico y potencialmente transformativo de los derechos concedidos a los sujetos en proceso.

Para éstos, en ciertas coyunturas, abstenerse de actuar puede significar un gasto energético más difícil de efectuar —pero con mayores resultados desestabilizadores para el orden glocal de la injusticia—, que el consumo de energía implicado en sumarse vacua y simplemente al ejercicio inercial-mercurial de un ‘pobre derecho a la participación’ que sólo con el nombre parece favorecer a la multiplicidad de los sujetos, pues en realidad contribuye primordialmente a la ‘reproducción metastásica' del sistema que excluye a la mayoría. Hay más esfuerzo en lograr cierto     'no-hacer' (¿Wu-Wei político?) que en la ciega actividad del sistema en su producción de 'lo mismo'.

Ya lo decía Alain Badiou: ‘Es mejor no hacer nada que contribuir a la invención de nuevas formas de hacer visible lo que el imperio ya reconoce’.

El ‘actuar’, en ciertas circunstancias, como ciega ‘disciplina’ seudo-mística de inversión energética reproductiva, implica simplemente la convalidación del ominoso metabolismo de un cuerpo canceroso que nos atormenta con vocación de permanencia infinita: el sistema capitalista de producción-distribución-consumo y especulación criminal financiera, tal como lo padecemos actualmente a nivel global con sus múltiples declinaciones locales y regionales. Malestar en la cultura como malestar en el capitalismo y su biopoder.

No es que no debamos actuar, es que no debemos hacerlo cuando con ello sencillamente tornamos más eficiente nuestra subordinación a la violencia mítica del poder.

Existe, con legitimidad ética, un ‘derecho de segundo grado’ que autoriza la abstención estratégica del sujeto al ejercicio de un derecho particular.

Llegado el caso, el sujeto podría ‘abstenerse de abstenerse’ y ejercer entonces el derecho de primer grado al que originalmente había renunciado por decisión propia. Es un asunto de micropolítica del sujeto en proceso, con el impacto que dicha estrategia siempre genera en el campo del accionar macropolítico.

Frente al oportunismo monológico de los poderes convencionales, orientado a favorecer la hegemonía de un núcleo duro y minoritario, se podrían desplegar, estratégicamente, las acciones y abstenciones más oportunas en nombre del sujeto, de lo múltiple y lo plural.

Debemos defendernos en este contexto de la trampa ideológica de una ‘sujetación’ represiva del sujeto a/por sus propios derechos.

Esa atadura o sujeción acontece cuando se presenta de una forma perversa y abstracta la práctica de las posibles acciones y decisiones desplegadas por dicho sujeto, entendiéndola como simple ejecución de una supuesta ‘libertad-deber’ programada en sus contenidos y protocolos por un cierto campo institucional gobernado y oscurecido por la figura del Amo Capitalista y sus desaforadas ratas complacientes.

Vocación solapada, cínica, éticamente fraudulenta, de reproducir el capital simbólico y social en el contexto de unas relaciones de producción-distribución-consumo caracterizadas por la inequidad, los puntos ciegos y la barbarie codificada.




Febrero de 2010
Santo Domingo, República Dominicana.

martes, 17 de enero de 2012

Mercado, Innovación y Pensamiento del Exceso. (Breve fragmento).

“Cierta pretendida originalidad descansa en repetir empobrecido, con torpeza, un pensamiento (im)propio, con la ‘propia’ vanidad enardecida y renegando turbiamente de las fuentes. ¡Vanidad: caligrafía en el polvo!…” A.A.B.




Por Armando Almánzar Botello



[...] En el fetichismo de su culto a 'lo nuevo' banalizado, el Mercado pone cada más de manifiesto la repetición serializada de la falsa novedad, la programación inexorable de los bienes de consumo, la operacionalización rentabilizante de los procesos, la oferta universal y segmentada de los objetos desechables como obturadores fantasmáticos del deseo en la 'eternidad' irrisoria del consumo narcisista.

En el Mercado Global Capitalista, preludio del 'Estado Espectacular Integrado', hasta la programación de un accidente tecnológico sirve de pretexto y telón de fondo para el lanzamiento de un nuevo producto, de un nuevo gadget engañabobos.

No es es lo mismo el 'accidente programado' que la dimensión realmente imprevisible del Acontecimiento [...]

Agobiados de citas y de préstamos, enmarañados en el juego fatal de la confusión de lenguas, ¿podría escapar nuestro 'propio' discurso              —en su punto endeudado y ciego de opacidad sufriente—, a la pulsión capitalista de acumulación simbólica, a la bulimia oportunista y seudo-ética de la 'consistencia' yoica, al afán de escalar para olvidar la herida, a la tiránica programación y automatización de 'lo nuevo'?

¡Oh, divulgadores de alto estilo!... Hypocrite lecteur -mon semblable- mon frére.

En términos nietzscheanos, el tipo humano que constituye el empresario inversionista en el contexto del capitalismo, haga o no 'inversiones-invenciones' cruciales de aparente alto riesgo, representa siempre, ética y estéticamente, el prototipo del mal jugador.

Esto es así, por cuanto el inversor, de un modo u otro, somete el azar 'a las pinzas' de la causalidad lineal, a las mallas protectoras del interés mezquino, a la finalidad utilitaria abstracta y a la intención rentabilizante olvidadiza del dolor del otro. Él persigue una combinación específica y ganadora, en lugar de afirmar todo el devenir contingente en un solo envite o lanzamiento de dados (Deleuze).

Prueba de lo anteriormente afirmado la constituye el hecho de que 'el inversor cultural' busca compensar sus intervenciones de relativo alto riesgo en mercados emergentes, con el uso de tecnología panóptica y con inversiones sólidas que participen de elevados niveles de previsibilidad y que terminan constituyendo la 'enmarañada política democrática de lo banal'.

De este modo, pretende morigerar los efectos potencialmente catastróficos de la indeterminación y del azar reales, y someter la contingencia al resultado evidentemente apetecido por todo hombre de negocios diagnosticado 'cuerdo': obtener la combinación ganadora y esperada y maximizar con ello sus beneficios.

El auténtico artista y el pensador crítico, por el contrario, hacen sus apuestas de otro modo: juegan sin garantías. No persiguen simplemente la compensación de minusvalías psico-sociales ni la obtención o preservación de un cierto estatus a través del impacto comercial de su obra o del éxito 'doxométricamente' considerado. Ellos encarnan el pensamiento del exceso como resistencia y liberación.

El arte auténticamente soberano no es nada útil en el sentido en que lo son las 'invenciones asordinadas' de las tecnologías sometidas al principio de maximización de beneficios (tecnologías informáticas de producción de softwares, tecnologías transgénicas y farmacéuticas, nuevos diseños de automóviles, políticas triviales de auto-promoción sin rubor, etc.).

¿De qué modo y hasta qué punto las llamadas estéticas de ultravanguardia —representadas actualmente por la 'escritura hipertextual e hipermediática', el arte tanatofílico y transgénico de un Eduardo Kac, los “visionarios” de la realidad virtual, las experimentaciones biotelemáticas de interfaz hombre/máquina y las estéticas protésicas, carnales y de body art al estilo de Stelarc, Antúnez y Orlan, entre otras manifestaciones extremas—, son meras genuflexiones ante los poderes más duros, simples consagraciones del Gestell tecnológico y del Gran Capital Corporativo?

El arte genuino resulta ser la operación arriscada por excelencia: afirmación absoluta del azar, amor fati en un devenir del desamparo infinito, lotería borgiana en una Babilonia postmoderna de cinismo indiferente, ruido semántico y escapismo canalla disfrazado de consciencia.

Estos juicios no implican de ningún modo la defensa de una teoría aséptica, canónica y/o ahistórica de las artes. Significan, por el contrario, la más plena asunción de la especificidad política trans-ideológica de éstas, entendidas como prácticas transformativas de textos orientadas a la polivocidad semiótica y al juego 'des-originado' de los materiales, las informaciones, los temas y reenvíos intertextuales.

El artista soberano 'no se vende a sí mismo' cosa alguna, como decía Picasso. Es el 'Nadie de la Nada' (Beckett). En esto consiste su paradójica soberanía, muy distante de la mera espuma de un delirio consagrado al olvido más ilustre o a la memoria corporativa de los bufones asesinos.





© Armando Almánzar Botello. Mercado, Innovación y Pensamiento del Exceso. Noviembre del 2000. (Breve fragmento).

sábado, 14 de enero de 2012

Matemáticas de manzanas. (En diez breves lecciones)


Por Armando Almánzar-Botello 


 A mi querido hijo Juan José y sus 10 años de infinito.


Un amor + otro amor: ¿son dos amores?

Infinito + 1: ¿es tan sólo en “1” solo
más grande que infinito?

Infinito + infinito: ¿es pura redundancia?
¿O en verdad resulta la suma = a 2 infinitos?

Dios + 1: ¿es algo más que Dios El Infinito?

Dios – 1: ¿es algo menos que Dios El Infinito?
¿O acaso el resultado de la resta es Dios dormido?

Un poema sumado a otro poema: ¿son dos poemas diferentes? ¿O son un Mismo fruto suspendido/     en el árbol de las letras y los sueños?

3 manzanas menos una: ¿son dos manzanas rojas?
¿O el solo Amor prohibido/ sangrando ante un espejo?

¿Infinito – infinito: ¿es = a 0?
¿O es más bien el hombre caído/ abolido sin amor sobre el miedo?

¿Podemos acaso explicar la suma o la resta de Dios, infinito, amor o poema,/ con suma y resta de manzanas/ o quizás con un simple teorema?

¿Quién es quién si soy el burro/ que se mira en Otro espejo?





© Armando Almánzar Botello
Santo Domingo, República Dominicana.

lunes, 9 de enero de 2012

LA PALABRA MONSTRUOSA DE HOY

“Hypocrite lecteur, -mon semblable,- mon frère!”  
Charles Baudelaire

               Hans Bellmer. Los juegos de la muñeca. (serie) 1939

Por Armando Almánzar-Botello

"¿La vieja y repudiable violencia criminal contra la mujer y contra la integridad de los cuerpos? 
O, muy por lo contrario: ¿defensa anti-fascista de una cierta belleza (in)humana; protección del derecho universal anticosmético a la modélica (im)perfección de los cuerpos?" 
A.A.B.

“Ciertamente, podemos leer a Sade según un Principio de Violencia; pero podemos leerlo también (y es lo que él nos recomienda) según un Principio de Delicadeza. La delicadeza sadiana no es un producto de clase, un atributo de civilización, un estilo de cultura. Es una potencia de análisis y un poder de goce: análisis y goce se reúnen en beneficio de una exaltación desconocida por nuestras sociedades y que por eso mismo constituye la más formidable utopía.”                  Roland Barthes.

“El respeto no es más que el rodeo de la violencia.” Georges Bataille.

 “Amor: mecanismo de reparación simbólica de daños imaginarios.” Melanie Klein.

“El secreto innombrable y absoluto del libertino se oculta en su fe profunda y enigmática 
en un (de)sagrado polimorfo.” A.A.B.
                                                                                                                     Hans Bellmer. Los juegos de la muñeca (serie). 1939.                                                                   
                                                                           
"Yo no insulto a ninguna mujer si deseo serle fiel a otra, porque a la mujer que yo insulto, tarde o temprano la penetro, ya sea por la vagina, por la boca, por el ano... o simplemente le abro un discreto orificio copulador en el vientre, en la cabeza o en la espalda...

Por eso, a las mujeres convencionalmente feas, o a las que simplemente no me gustan, nunca les hablo de un modo descompuesto.

Y si estas niñas o viejas feas —que merecen otro tipo de insulto estimulante—, de un modo indigno y
malagradecido hablan mal de mí pese a mi trato cortés, yo sé que su motivación profunda estriba en que adivinan sutilmente mi sistema filosófico y éste las excita. Se masturban entonces en mi nombre, mientras me leen con avidez, con secreta discreción gimiente. Algunas de ellas han tenido el descaro de hacérmelo saber.

Por lo demás, siempre me han fascinado los maniquíes femeninos pintarrajeados con volátiles colores eléctricos y fosforescentes: ¡para des-pan-zurrarlos desnudos en los fríos espejos de lo neutro indolente!".




© Armando Almánzar Botello.
© Donatien Alphonse Francois, Marquis de Sade, leído por Pierre Klossowski leído por Armando Almánzar-Botello leído por usted... 

                                                                            



Santo Domingo, República Dominicana.

jueves, 5 de enero de 2012

CIBERPOEMA ESTÁTICO NEO-BARROCO (Plagio)


"PLAGIO VULGAR DE UN CIBERPOEMA ESTÁTICO NEO-BARROCO Y ENTRÓPICO, COMETIDO POR LA 'MÁQUINA DE GORJEAR' DE PAUL KLEE INSPIRADA EN 'CAZADOR DE AGUA' Y EN LA CATEGORÍA JOYCEANA Y LACANIANA DE 'LA LETRA' COMO PURO DESECHO Y SINTHOME SIN SENTIDO." A.A.B.

Paul Klee. La máquina de gorjear. 1922



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© Armando Almánzar Botello


Santo Domingo, República Dominicana.

Lacan y Dalí: ¿dos tipos de objetos?

"¿Qué relación existe entre el 'objeto psico-atmosférico-anamórfico' de Salvador Dalí y 'la mirada', concebida por Jacques Lacan como 'objeto metonímico a'? ¿Quién es quién si hago teatro?" A.A.B.

Jacques Lacan y Salvador Dalí en New York. 1975


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DESNUDO FEMENINO Y VALOR NOSTÁLGICO DEL PAISAJE

"FOTOGRAFÍA DE UNA FAMOSÍSIMA Y SEDUCTORA MUJER INVISIBLE DOMINICANA, TOMADA MIENTRAS LA FÉMINA SE BAÑABA, COMPLETAMENTE DESNUDA, EN LA HERMOSA PLAYA DE BOCA CHICA EN SANTO DOMINGO." Cortesía de Salvador Dalí


martes, 3 de enero de 2012

EL TEXTO FUNDACIONAL DE LA CONSPIRANOIA DOMINICANA: Cazador de Agua





Por Albany Aquino


Armando Almánzar Botello es de la estirpe de poetas a los que conviene acercarse con cautela. Nunca se sabe el flanco por el que va a atacar: “Los poetas suelen saber más cosas que los sabios” –decía a menudo Rubén Darío.De una estructura mental poco común, su cabeza bien amoblada da cuenta de la existencia de neurotransmisores chispeantes, en constante discrimen en pos del lumen más claro, que es, a fin de cuentas, la idea penetrante. El día que me fue presentado, manoseaba un texto -de eso hará casi diez años- que esa misma noche leyó en presencia de un amigo común.

Para quienes en esa época todavía no nos habíamos desprendido de cierto candor pueblerino, siendo nuestro mayor pecado haber leído El camino del triunfo de José María Vargas Vila y el de habernos sentado en el barril de pólvora de Nietzsche, escuchar una “cosa” como el cuento que Armando leyó aquélla noche –no recuerdo si lo leyó completo- fue como una suerte de condena, algo así como el envío de un hálito gravitacional que me ha perseguido durante todos estos años, y contra el cual ahora es cuando he podido reunir algunas fuerzas para conjurarlo.

Y la explicación es sencilla: el texto es una pesadilla, la macabra alucinación de una aparente pseudo-realidad inencarnable y exorable, y que como todo testimonio, por más tenue que sea su barniz profético, cumple con su inequívoco designio: salvar a los pocos y dejar a los muchos tocando alucinados y confundidos en las puertas del arca. Como pesadilla soñada para otros que es, siempre sentí que había algo en ese cuento llamado Cazador de Agua que me molestaba, una especie de gelatina que resbalaba a medio centímetro de mi piel, sin llegar a tocarme.

De aquél tiempo hacia acá he madurado un poco, y luego de haber despejado algunas variables, he convenido conmigo mismo que aquélla sensación de incomodidad, de falta de confort, se debía a que mi inconsciente veía revelado en ese cuento no sólo el sentido de mi destino, sino el de toda la humanidad. Su autor dice que fue escrito en 1993. Mentira. Había sido escrito mucho antes en las profundidades cavilatorias del espíritu, en el círculo de dolor de la espina que nunca sale. [Por supuesto, la disensión es mía, a título gratuito, a mi cuenta y riesgo].

Digo esto, porque para 1993 el discurso de la “sociedad global” apenas comenzaba a expandirse (no existían tantos apologistas como los hay ahora); no se percibía tan de cerca el peligroso acercamiento cotidianidad- apocalipsis, y mucho menos los más jóvenes teníamos aún noticias de la advertencia hecha algunos años atrás por el filósofo italiano y discípulo de Martin Heidegger, Giorgio Agamben, de que la sociedad global finalmente habría de quedar en las garras de un gobierno mundial que constituiría lo que llamó el “Estado Espectacular Integrado”.

En realidad, es de los pocos textos de los cuales se puede decir: “lo dice todo”. Y lo dice todo porque dice lo que será, lo que casi ya es: la presencia y conformación a nivel planetario del “Estado Espectacular Integrado”, que no es otra cosa que la victoria temporal del Ojo brillante en la cima del Triángulo, el Estado del Nuevo Orden Mundial, de la Dictadura Científica y de la Robótica Militar, de la degradación del sagrado Código Genético de la humanidad a través de la experimentación genética y la preponderancia en el mercado de alimentos transgénicos desarrollados con tecnología proteómica. Una sociedad de esclavos cyborgs, de hombres-mujeres-bestias; una sociedad monstruosa que fue llevada a sustituir la realidad por la imagen, lo fáctico por lo virtual.

La narración parte, como toda obra con vocación hacia lo universal, rememorando una era diamantina, evocando con nostalgia la edad de oro, el Génesis de un colectivo impoluto que construía su propia historia en armonía con la naturaleza. ¿Avatar anticipado? Petronilo Ánima, “[…] por la ciber-taxonomía astral incluido en el viejo género homo sapiens sapiens -ligeramente retocado biotecnológicamente en ciertos detalles morfológicos significativos-“[…]”, según se describe a sí mismo, narra la historia en primera persona, y dice ser “[…] descendiente de hombres que nacieron en las márgenes de un caudaloso río en un pasado feliz que hoy me parece remoto […].” Verso épico que a continuación quedará opacado por esta terrorífica afirmación: “[…] en la actualidad me encuentro unido con carácter oficial a una replicante humanoide cuyo equipo genético fue alterado experimentalmente, por oscuras razones político-estético-eróticas, con el ADN (ácido desoxirribonucleico) de un voraz insecto conocido como Mantis religiosa […].”




Estas dos imágenes de la Mantis religiosa, ilustran lo profundamente espantoso de una manipulación genética de esta naturaleza. Capaz de degradar genéticamente a tal nivel a la humanidad, el “Estado Espectacular Integrado”,el Gobierno Mundial que ya está a las puertas, será igualmente monstruoso en el plano político, económico, militar, cultural y tecnológico. Sin mencionar que ese gobierno-prisión-bestial será el gobierno del supremo irrespeto hacia la humanidad y lo más sagrado que ella simboliza; que tendrá especial deleite en la violación y atropello de los derechos fundamentales conocidos como la libertad de tránsito y el derecho a la intimidad.

“Mucho ha crecido esta ciudad. Hay quienes aseguran que ocupa en una sola superficie continua la totalidad del planeta, salvados los océanos y otros obstáculos naturales por colosales vías de comunicación de alta ingeniería. No obstante, organismos panópticos locales y regionales del E. E. I. establecen actualmente severas regulaciones en los flujos migratorios, para impedir el libre desplazamiento de los habitantes pobres de las zonas periféricas de la Megalópolis hacia los poderosos recintos centrales de esa gran estructura urbana. Sus paradisíacos espacios elitistas de placer y de abundancia se encuentran prácticamente amurallados por inexpugnables umbrales de seguridad, cuyos rayos láser, emitidos en intensidades letales desde satélites de vigilancia global, realizan una suerte de control quirúrgico y aséptico del cuerpo social planetario.”

La descripción no podía ser más arquetípica. Anticipación espéjica y oráculo de la nueva generación de místicos urbanos (entre los cuales me suscribo yo), Armando Almánzar Botello tal vez jamás pensó que su escrito acusaba la forma de un Códice para ser develado, leído y cotejado veinte años después con una realidad que ha dejado en pañales a la ficción, cuyos temas obligados son precisamente: colosales vías de comunicación de alta ingeniería; organismos panópticos locales y regionales; severas regulaciones en los flujos migratorios; restricción al libre desplazamiento de los habitantes pobres de las zonas periféricas; Megalópolis de poderosos recintos centrales; paradisíacos espacios elitistas de placer y de abundancia amurallados por inexpugnables umbrales de seguridad; láseres de diversa gradación emitidos en intensidades letales desde satélites de vigilancia global y control quirúrgico y aséptico del cuerpo social planetario.

Se ha dicho supra, que este texto que yo bautizo ahora como el “Texto Fundacional de la ConspiranoiaDominicana”, lo dice todo. El silogismo global que muchos en la actualidad estamos tratando de comprender, y de combatir, no sin esfuerzo, se contrae sin embargo a estas grandes premisas:

Organismos panópticos locales y regionales, bajo el pretexto de combatir un terrorismo de bandera falsa que ellos mismos han construido, se disputan la primacía en desarrollar el sistema de vigilancia global más perverso y violatorio a la intimidad personal que jamás haya existido –cámaras aquí, cámaras allá -, con el objetivo de mantener a la población controlada a cada segundo, pues de antemano saben que la instauración de una dictadura de esta naturaleza provocará fuertes oleadas de ira popular.

Severas regulaciones en los flujos migratorios ya se han comenzado a manifestar en Italia y seguirán manifestándose en la medida en que el Nuevo Imperio Romano resucitado (la Unión Europea) profundice su consolidación y pase de su palidez diplomática a la conformación de su descomunal fuerza militar, la cual superará con creces a la OTAN. Estas regulaciones en los flujos migratorios serán profundizadas a partir de Marzo de este año 2010 en España, país donde nadie que no esté provisto del obligatorio pasaporte biométrico podrá entrar a dicho país.

Restricción al libre desplazamiento de los habitantes pobres de las zonas periféricas está íntimamente vinculada a la instauración de peajes urbanos, cuyos costos serán infranqueables para las hambrientas multitudes. Esta restricción a la libertad de tránsito local, tendrá el ingrediente de que también para circular por carreteras, puertos y aeropuertos, los ciudadanos deberán estar provistos del obligatorio dispositivo biométrico o de un chip regulatorio de esos flujos.

Megalópolis de poderosos recintos centrales y paradisíacos espacios elitistas de placer y de abundancia amurallados por inexpugnables umbrales de seguridad. La élite global que regirá el breve “Estado Espectacular Integrado”, creerá haber construido, en desafío a Dios, el paraíso aquí en la tierra. Mientras millones de “[…]criaturas bestiales desgarradas por la sed y la filosa conciencia de su propia deformidad, emergen sigilosas, cubiertas de cenizas y lodo putrefacto, de las profundas galerías subterráneas que tejen un rizoma […]”, la élite global vive en deliciosos pulmones naturales de aire y agua limpios, ocupados gracias a expropiaciones violentas, a la perversa y falsa campaña mediática del calentamiento global, del cuidado a la Madre Tierra, a las altas tasas de impuestos del carbono y a las leoninas leyes medio ambientales que castigan con prisión y hasta con la muerte a todo aquél que arranque la rama de un árbol o que lance al agua el más mínimo desperdicio. El marco legal universal para la implementación de este tipo de leyes, tiene su base en La Carta de la Tierra, documento creado por la poderosa ONG de Mijail Gorbachov (Green Cross - La Cruz Verde) y ampliamente promovido por la ONU. Es un tipo de Constitución Planetaria que todos los países se verán obligados a adoptar, y sobre cuyos fundamentos filosóficos se esconde la religión del Nuevo Orden Mundial: la adoración a la Madre Tierra; religión pagana, que en vez de adorar al Creador, adora a la criatura.

Láseres de diversa gradación emitidos en intensidades letales desde satélites de vigilancia global y control quirúrgico y aséptico del cuerpo social planetario sólo están esperando la orden para entrar en acción. El cordón de satélites que rodea a la tierra, no está puesto ahí sólo para hacer posible las llamadas desde teléfonos celulares. Los hay para ejercer control mental sobre la gente, para manipular estados de ánimo, para deprimir o para exacerbar. Por ejemplo, nunca antes tanta gente se había sentido tan triste y había llorado al mismo tiempo como cuando murió Michael Jackson. Este evento sirvió de laboratorio global para que esos rayos hicieran su trabajo. Estos satélites, valiéndose del sistema conocido como Global Positioning System (GPS), cuyas señales serán detectadas por chips que los humanos lleven incrustados, si son capaces de utilizar señales eléctricas para manipular las pulsiones y funciones normales del cerebro, con mucho más razón podrán, salvando distancias gigantescas, “navajear” a través de rayos láser a los desafectos al Nuevo Orden Mundial.

El cuadro en el que se desarrolla la narración, es posterior a una gran conflagración mundial, con las mismas características y secuelas que generará la temida Guerra Nuclear que hoy se cierne sobre el planeta, y de la cual difícilmente nos libremos:

“Después de múltiples guerras locales o globales y de terribles exterminios “civilizatorios” […]”; “[…] la humanidad y las personas jurídicas (muchas de ellas quimeras genéticas materializadas por las ilimitadas posibilidades operativas que hoy ofrece la biotecnología), se encuentran desde hace varias décadas bajo el gobierno de un Estado Espectacular Integrado (E. E. I.) con adaptaciones locales y regionales, paulatinamente configurado como una forma planetaria de gestión política, económica, científico-tecnológica, religiosa, social y militar.”

Preconización visionaria plasmada en papel mucho antes de que Internet nos brindara su plataforma digital, Almánzar Botello nos hablaba ya en aquél entonces de un “Estado Espectacular Integrado” que valiéndose del espectáculo grandioso y terrorífico de la biotecnología, la nano-robótica, la neurociencia, la biología molecular, la cibernética, la ingeniería de inteligencia artificial y disciplinas afines, había degradado física y moralmente a sus súbditos, llegando a convertirlos en meras “[…] quimeras genéticas […]”, logrando así establecer la malsana instauración de su gobierno planetario “[…] con adaptaciones locales y regionales, paulatinamente configurado como una forma planetaria de gestión política, económica, científico-tecnológica, religiosa, social y militar.”

Es, sin duda, el auténtico Gobierno de la Bestia. Bestial: porque triturará a todo aquél que se le oponga.Espectacular: porque el manejo y dominio de la imagen mediática será su mayor activo, al punto que en sus espectáculos globales “[…] hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.” (Apocalipsis 13:13). Si bien es cierto que las claves proféticas de la narración dePetronilo Ánima giran en torno a una sociedad atribulada, el personaje merece con toda justeza la reprimenda por haber omitido decir que también la inmovilidad de acción de esa sociedad castrada, se debía al estado de una cómplice fascinación telehipnótica producido por el Ojo de la Pirámide y por el espectáculo y show mediático continuo de ese sistema de cosas. Es por ello que se debaten (desorientados) en definir si el escenario en que se desarrolla el espectáculo global es una Nueva Babilonia o la Nueva Jerusalén.

Empero, su último destello de humanidad, y por tanto de debilidad, lo justifica. La fealdad de su tragedia, sin embargo, no es tanta como para que no salga reivindicada, una vez más, la esencia humana, indestructible a pesar de la acidez del aquelarre tecno-demoníaco que la amenace. Situado ahora en un plano que lo acerca a la carne y a la sangre de nuestra humanidad, afirma que “[…] No he podido abandonar mis viejos protocolos mentales humanos que me obligan a creer en la incertidumbre y el azar irreductibles; en el carácter imprevisto y no-programable del goce, el riesgo y el peligro reales).”

Tampoco importan sus opiniones sobre la protervia falocéntrica, la fragmentación, el achusmamiento y la lujuria del sujeto. La desesperanza es en sí blasfemia en ciernes. La avanzada tecnología de ese futuro que ya es hoy, es un estado infra, y como todo lo infra, infernal. A los demonios les repugna y combaten la maravillosa idea de unahumanidad entronizada en el centro de la creación, proyectada a las alturas de una conciencia imperial. Por eso los demonios pactaron con los gobiernos humanos, y les han revelado los secretos de la tecnología infra que servirá de base al “Estado Espectacular Integrado”, a cambio de hacer de la humanidad el guiñapo genético que representan Petronilo Ánima y Marvina, su compañera replicante humanoide.

En cuanto a la dinámica económica y de subsistencia que impone el “Estado Espectacular Integrado” en el relato, vemos que el agua ha pasado a ocupar el valor de cambio que tenía el dinero. Elemento sagrado, dador de vida y alimentos a animales, plantas y humanos, las grandes bóvedas-cisternas de los poderosos ahora la retienen, especulan con ella en la Bolsa Global del Agua, y al igual que en la época en la que dominaba el sistema monetario, sólo se dejan caer algunas gotas a las miserables y sedientas multitudes.

“Cada día, poco después de la lenta y agobiante caída del sol por detrás de los altos edificios, criaturas bestiales desgarradas por la sed y la filosa conciencia de su propia deformidad, emergen sigilosas, cubiertas de cenizas y lodo putrefacto, de las profundas galerías subterráneas que tejen un rizoma en los cimientos de la construcción donde vivo. Desechos monstruosos del inicuo metabolismo de la Gran Urbe, estos seres llagados y sufrientes, desalentados por no haber encontrado agua utilizando sus métodos bárbaros de excavación y cateo, enfocan en la oscuridad sus ojos de reflectores hacia el balcón insomne donde monto guardia solitaria hasta avanzadas horas de la noche.”

Espectáculo cuya tetricidad ha sido magníficamente lograda por Armando, el elemento sagrado llamado Agua, por haber la ambición de los mercaderes globales llegado a incluirla entre las mercancías que se trafican en el Templo, ha decidido vengarse y dar un escarmiento a una humanidad, o a una parte de ella, que sólo piensa en el lucro. Así, el Agua, instrumento divino de destrucción, ha empezado (y ahora hablo de nuestra realidad) a ajustar cuentas, a provocar inmensas inundaciones, a hacer colapsar a las grandes economías, y a lamer con su lengua sagrada y justiciera la pez que corroe al planeta.

Si seguimos fielmente la linealidad textual de Cazador de Agua, vemos que el Agua seguirá el mismo derrotero que siguió el tema de las Emisiones de Carbono. Bajo el pretexto del calentamiento global, discurso apocalíptico enarbolado por el “calentólogo” Al Gore, la humanidad ha visto con más sospecha que sorpresa la creación de laBolsa de Carbono o La Bolsa del Clima, una suerte de “Wall Street del mercado del carbono”, entidad global que opera en la ciudad holandesa de Ámsterdam, y que depende de la Bolsa del Clima de Chicago (CCX), un mercado fabuloso en el que se ha iniciado la comercialización de los permisos que deberán comprar los países que deseen instalar fábricas con alto riesgo de contaminar el medio ambiente. De igual forma, este incipiente mercado será el sustituto del FMI y de otras agencias financieras imperialistas, habida cuenta de que todas las naciones deberán pagar un impuesto, que naturalmente será cobrado por la ONU directamente, proporcionalmente a su cuota de responsabilidad en la emisión de gases contaminantes y de carbono, y a expensas de los bolsillos de los ciudadanos del planeta. Exhibiendo un rostro humano falso y bajo el pretexto de salvar al planeta, el único desvelo de estos mercaderes del apocalipsis es que la cotización del precio de sus Bonos de Carbono suba cada día más.

Cazador de Agua, es El Texto Fundacional de la Conspiranoia Dominicana. Lo dice todo. Sólo necesitaba un interlocutor válido que se atreviera a sondear los rizomas de su tecno-socio mitología.




© Albany Aquino


Marzo 2010
Santo Domingo, República Domingo.

lunes, 2 de enero de 2012

Cazador de Agua



“Todo comienza, pues, por la cita,
en los falsos pliegues de cierto velo,
de cierta pantalla espejeante”
. Jacques Derrida.

“Morada donde seres perdidos
deambulan en busca
de su otro perdido”
. Samuel Beckett.



 HR Giger



Por Armando Almánzar Botello 


A Ernestina Figuereo Trinidad




Descendiente de hombres que nacieron en las márgenes de un caudaloso río en un pasado feliz que hoy me parece remoto, cada mañana espero con alucinante impaciencia la llegada del agua.

Me despierta la voz de la incertidumbre en horas de la madrugada, y de inmediato mi cabeza, envuelta todavía con la tenue venda de los sueños, aguarda sigilosa en su almohada los susurros anhelantes y asmáticos de las bombas de agua de mis vecinos.

Si escucho un corro soñoliento de voces entrecortadas por el frío, el viejo zumbido mecánico de los motores de las cisternas, pasos como fantasmas deslizándose por las escaleras, sé que debo arrojar hacia un extremo de la cama la piadosa protección de las frazadas, llamar casi con dolor a mi mujer que se ilumina todavía de extraños sueños a mi lado, y disponerme a dar inicio -nuevo Teseo en el rizoma laberíntico de las escaleras- a la desesperada y turbulenta cacería del agua.

Puedo informar a los futuros lectores de este Diario, que escribo hoy estas líneas -28 de agosto del año 2097, a las 11:30 P.M.- tomando como referencia el Primitivo Sistema Occidental Cristiano de Computación del Tiempo.

Después de múltiples guerras locales o globales y de terribles exterminios “civilizatorios”, la humanidad y las personas jurídicas (muchas de ellas quimeras genéticas materializadas por las ilimitadas posibilidades operativas que hoy ofrece la biotecnología), se encuentran desde hace varias décadas bajo el gobierno de un Estado Espectacular Integrado (E. E. I.) con adaptaciones locales y regionales, paulatinamente configurado como una forma planetaria de gestión política, económica, científico-tecnológica, religiosa, social y militar.

Yo, Petronilo Ánima, por la ciber-taxonomía astral incluido en el viejo género homo sapiens sapiens -ligeramente retocado biotecnológicamente en ciertos detalles morfológicos significativos- en la actualidad me encuentro unido con carácter oficial a una replicante humanoide cuyo equipo genético fue alterado experimentalmente, por oscuras razones político-estético-eróticas, con el ADN (ácido desoxirribonucleico) de un voraz insecto conocido como Mantis religiosa.

La hembra de esta especie animal, en el momento de la copulación, poseída por el furor de un oscuro rito inexorable, tiende a devorar la cabeza de su compañero sexual, quien sigue agitándose espasmódicamente a pesar de la terrible mutilación de la cópula caníbal, y proporcionándole placer y semen a la erótica trituradora insaciable.

Pese a una rara intensidad que a veces arde en los ojos de mi mujer, y a sus reclamos sexuales -muy peculiares y profundos- que a muchos humanos convencionales parecerían monstruosos o aberrantes, mi compañera humanoide, Marvina, todavía no me ha devorado la cabeza. Al menos, eso creo. Nos gastamos frecuentes bromas privadas al respecto.
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"Sólo bordeando con plomada el orificio, su abismo, su imposible y su carencia, trágico el humor nos salvaría de la guerra final y de la peste. Sólo bardos barbados bordeando en la escritura/ los cráteres de vulvas iracundas/ escuchando en el temblor la verdad del agujero/ podrán salvar la tierra del desastre/ embocar la profecía y la trompeta"
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  Sobrevivo con Marvina desde hace largos años en la zona antigua de la megalópolis, encumbrado en la última planta de una gigantesca y ruinosa edificación de ciento veinticinco niveles. Esta vieja construcción, con muchos de sus primitivos ascensores destruidos por las bombas de los frecuentes e inútiles atentados terroristas, estaría ubicada, según mis cálculos cartográficos, en las afueras de la zona Este de la Ciudad.

Asomado a mi balcón mareante, yo, modesto cazador de agua, habitante de la banda periférica de la megalópolis y con licencia especial para manejar sofisticados aparatos cibernéticos y nano-robóticos, (licencia otorgada por las autoridades competentes del E.E.I.), percibo en las noches de fósforo el rumor centelleante del extraño laberinto que se extiende allá abajo. Desde la jungla tecnológica agazapada en el abismo, llegan a mis oídos atónitos (agudizados por la ingeniería genética), voces corales, ruidos solitarios y vibraciones infrasónicas que me ponen los pelos de punta……..........

Mucho ha crecido esta ciudad. Hay quienes aseguran que ocupa en una sola superficie continua la totalidad del planeta, salvados los océanos y otros obstáculos naturales por colosales vías de comunicación de alta ingeniería. No obstante, organismos panópticos locales y regionales del E. E. I. establecen actualmente severas regulaciones en los flujos migratorios, para impedir el libre desplazamiento de los habitantes pobres de las zonas periféricas de la Megalópolis hacia los poderosos recintos centrales de esa gran estructura urbana. Sus paradisíacos espacios elitistas de placer y de abundancia se encuentran prácticamente amurallados por inexpugnables umbrales de seguridad, cuyos rayos láser, emitidos en intensidades letales desde satélites de vigilancia global, realizan una suerte de control quirúrgico y aséptico del cuerpo social planetario.

Tanto ha crecido la Gran Urbe, que muchos humildes ciudadanos, limitados oficialmente, como se ha dicho, en su capacidad de movilización espontánea, y golpeados también por la ignorancia, la superstición y el acceso restringido a las comunicaciones telemediáticas (que por lo demás, ofrecen versiones contradictorias sobre cualquier acontecimiento de importancia), conjeturan que la megalópolis ocupa la totalidad del Sistema Solar.

Algunos ciudadanos, los más fanáticos o imaginativos, piensan que la fuerza expansiva de la Urbe descomunal coincide con la dinámica centrífuga del Universo. De ciertos labios trémulos, sonámbulos, proféticos, otros escuchan con unción las palabras tecno-herméticas, los mensajes cifrados y las denominaciones opuestas: Nueva Babilonia o Nueva Jerusalén. Espacio potencial de Las Tres Reinas.

Sin embargo, explotados sin piedad por el Dominio de los dioses del meta-diseño financiero-cibernético, seguimos dando voces en el Circo de la Infamia, con los brazos extendidos hacia las estrellas de la Gran Carpa, buscando ciegamente redención para tanta orfandad en el tumulto.

¿De dónde proceden las fuerzas que hacen crecer a este siniestro laberinto? ¿La energía oscura que tensa los bordes constituye una forma inédita de luz? El ominoso Plan de crecimiento del Imperio -si es que alguno existe- ¿obedece a una extraña cópula disyuntiva de proyectos urbanísticos dispersos, a impulsos catastróficos parciales promovidos por anónimas instancias a las que sólo el azar coordina en vastos y ciegos estremecimientos?

En la megaestructura intensa de la topología urbana, ¿existen puntos de bifurcación o convergencia de factores aleatorios y determinismos? ¿Una sola voluntad central es la que orienta la monstruosa expansión polimórfica del oscuro laberinto? ¿De qué forma habitar este espacio torturado? Estas preguntas y muchas otras colman de horror e incertidumbre el delirio indescriptible de mis noches.

Cada día, poco después de la lenta y agobiante caída del sol por detrás de los altos edificios, criaturas bestiales desgarradas por la sed y la filosa conciencia de su propia deformidad, emergen sigilosas, cubiertas de cenizas y lodo putrefacto, de las profundas galerías subterráneas que tejen un rizoma en los cimientos de la construcción donde vivo.

Desechos monstruosos del inicuo metabolismo de la Gran Urbe, estos seres llagados y sufrientes, desalentados por no haber encontrado agua utilizando sus métodos bárbaros de excavación y cateo, enfocan en la oscuridad sus ojos de reflectores hacia el balcón insomne donde monto guardia solitaria hasta avanzadas horas de la noche.

No pocas veces en mi espera angustiosa -enfrentando la lluvia ácida o el viento frío- avanza el pensamiento en su afiebrada vigilia, hacia un ruido cabalístico de pasos en la niebla, hacia un reflejo indescifrable en la espesura. (Mis sentidos aguzados por la ingeniería genética y dispositivos protésicos de alta tecnología) ....................................................................................................................................................................
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Sólo ante las reiteradas y dolientes súplicas de mi mujer, me decido a regañadientes, ya en noche cerrada, a dejar mi encumbrado puesto de vigilancia, en el que he armado -real e imaginariamente- contra todos los poderes oscuros de este mundo, un orden cauteloso y estratégico de lirios, crisantemos, geranios, palabras refulgentes, parábolas para la recepción de señales satelitales, espejos, radares, mandrágoras, esferas cuánticas y heliotropos.

En ciertas noches calurosas de extraño magnetismo, agobiado por el esfuerzo intelectual sostenido durante largas horas consagradas a la vigilancia y el cálculo de parámetros críticos, me sustraigo momentáneamente al resplandor hipnótico de la pantalla de mi computador -por antiguas razones de habitus prefiero este método de visualización bidimensional a la inmersión total en Realidad Virtual (RV) para agotar esta fase de mi trabajo-, y encaminando mi sed hacia el balcón en penumbras, me abandono al frágil goce solitario de alumbrar con mis palabras, sencillamente proferidas, la espesura inabordable del abismo.

Imagino en la ciudad perdida otra ciudad radiante, grávida de pájaros, árboles y rocas, donde un agua accesible asciende hasta los labios, y el espacio nos permite el real encuentro con el otro, la ardiente y arriesgada pasión del pensamiento. Y entonces, en el aire enrarecido de la noche, traza simulacros de mi sueño la escritura holográfica del láser…

La máquina que opero con licencia del Gobierno es el cerebro de un complejo sistema para la detección del agua potable subterránea, en esta aporética época oscura en la que el precioso líquido brilla con más valor místico y pragmático que el oro tangible.

En otras noches lentas, enmudecidos mis labios por el peso innominable de la sombra, medito hondamente en el balcón desierto sobre la paradoja que constituye para mi discernimiento –todavía apegado a ciertos protocolos ahora considerados despectivamente como poéticos o simplemente inhumanos- observar la inmensidad vertiginosa de los espacios cegadores que me envuelven en soledad y me aniquilan, y pensar que hasta hace poco ésta fue considerada como la era del cero espacio y la comunicación instantánea.

Mientras medito, mi mujer, con sus enigmáticos ojos llenos de lágrimas en la penumbra del pasillo ilimitado, explora en un espejo las ruinas de la sangre, el pez de plata inmóvil que relumbra en el insomnio, y levanta de algún vaso lentamente, tomándola con ternura casi humana por el tallo, la penúltima flor natural desmayada en la memoria, por la sed, el frío y la infinita soledad. Luego, tendida en el diván desvencijado de la sala, con su vulva velluda entreabierta en dirección a mi mesa de trabajo, se masturba ensimismada largamente. No obstante, a pesar de la aparente distracción que podría para mí representar el espectáculo, mi conciencia casi siempre está al acecho de los parámetros críticos y algoritmos criptográficos que señalan en la pantalla la presencia subterránea del escaso líquido, tensa mi mente en su vigilia como un arco a punto de romperse en la vana y dolorosa espera del agua.

Para nosotros, los nuevos místicos urbanos, el agua dulce potable es un recóndito animal maravilloso y andrógino. Hoy es poco lo que sabe nuestra docta ignorancia en torno a las costumbres milenarias y rutinas del agua zoomórfica como sujeto de culto.
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Decimos Cazador de Agua como quien habla del Discurso del Otro. En el Objetivo y el Subjetivo del Genitivo. Añadimos en esta historia el Caso "Locativo"
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Los más expertos cazadores de agua neutra, quienes se enorgullecen de alojar en sus refugios hasta quince ejemplares de la criatura prodigiosa como luces tangibles que testimonian la grandeza de su depurado arte, sólo nos dicen que deviene animal madrugador o nocturno, de insólito poder vivificante y casi en vía de extinción.

Aún recuerdo aquella tarde en que visité la polvorienta, caótica y mal iluminada sala de exhibición de un viejo cazador de agua, Patmus, quien rezumaba una extraña mezcla de tristeza profana y entusiasmo esotérico en su biorrefugio-laboratorio situado treinta y cinco pisos por debajo del mío.

Junto a cabezas silíceas de científicos, filósofos y poetas antiguos, descubrí reflectores cenitales inservibles, trapos sucios para limpiar el sueño, promiscuidad de máscaras en un altar mestizo, oxidadas cubetas llenas de mercurio, absortos tambores rituales africanos, obsoletos teléfonos celulares –todo dispuesto al azar, como es ley en esta ardua región del universo. Vi también patas de ornitorrinco, huesos de mastodonte, microscopios electrónicos, prepucios en formol de muchachitos cleptómanos, túneles de resonancia magnética, viejos tesauros y códices raídos, fetos de jutía en su eternidad taxidérmica, empolvados monitores de computadores descompuestos, un modelo en miniatura de una esfera cuántica espantosa, una foto tetradimensional de Jorge Luis Borges sonriente, trilobites, conchalámparas, dragones y unicornios biotecnológicos flotando en la penumbra ilimitada de un espejo.

Y allí, en el delirio del espacio germinante, junto a precisos aparatos para la detección del agua subterránea, en un turbio revoltijo de vasos, marmitas y matraces alquímicos, complejos dispositivos para investigaciones nano-robóticas, restos de comida en lata y colillas de cigarros, sorprendí a tres ejemplares de agua animal de mediana envergadura que me observaron de inmediato atentamente desde un rincón oscuro de la sala, huraños, absortos y malolientes, en su oxidado y humillante encierro de tanques metálicos…

Vano es el intento de atrapar la eternidad vertiginosa en los límites precarios del concepto. El “yo” humano no puede soportar mucha realidad virtual sin diluirse en el absurdo cuántico. (Extraño sentimiento de que alguien dijo hace muchos años algo parecido a esto).

Tal vez, la verdad de nuestros actos y del mundo es inasible, como el reflejo nocturno y momentáneo de los rayos láser y las luces de neón en ciertos ojos enemigos frente a frente, como el enigma de la mano que dibuja todavía en las anónimas paredes de las calles o en la blancura sin memoria de la página, signos indescifrables.
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“Digo que se tiene por animal neutral, e hay contención sobre si es carne o pescado, porque anda en los ríos e por los árboles asimismo; y por esta causa, una vez me paresció, como he dicho, que le debía poner, como le puse, en el libro XIII (en la primera impresión) con los animales de agua, y agora me ha parescido ponerle aquí con los terrestres, pues conforme a las opiniones de muchos, en ambos géneros se compadesce.”
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¿Qué asidua voluntad todavía nos impulsa, rodeados como estamos de ruinas, replicantes, simulacros y catástrofes, a perseguir constantemente la huida metonímica del Rostro Verdadero, a soñar febrilmente en soledad compartida el recóndito rumor de un agua subterránea, la conjunción de los signos en la pantalla digital o en la página blanca, el alquímico temblor del mercurio inabordable? Aquella tarde lejana, en la sala ruinosa y mal iluminada del viejo cazador de agua, tuve la secreta entrevisión de leyes oscuras e inaccesibles a la razón cognitiva convencional.

Como ya he dejado establecido en parágrafos anteriores de este Diario, monto guardia insaciable en mi balcón hasta avanzadas horas de la noche. Luego, prácticamente arrastrado a la cama por la fuerza persuasiva y silogística de mi mujer, nos conectamos al sistema domótico de Realidad Virtual (RV), abandonándonos a una honda y orgásmica pesadilla de ciudades sumergidas, pozos tubulares, ríos subterráneos, galerías de estructuras innombrables, acechanzas y disparos, amenazas ominosas de tigres, bisontes, arañas, ratas, iguanas, cangrejos y quimeras humanoides esculpidos en el agua. En pleno enigma de su erótico furor, Marvina me obliga sin piedad a lamerle, como siempre, su código de barras.

Nano-robótica, biotecnología, mercadotecnia, psicofármacos de diseño y cibernética, intentando simular y programar el desamparo ontológico que va unido inevitablemente a lo real de la condición humana (No he podido abandonar mis viejos protocolos mentales humanos que me obligan a creer en la incertidumbre y el azar irreductibles; en el carácter imprevisto y no-programable del goce, el riesgo y el peligro reales).

Entretanto, en el afuera de nuestros sueños, otras garras, manos, cuernos y colmillos merodean por el zaguán del primer piso, saltan los muros de los patios desiertos, raspan en la distante calzada que se desvanece al fondo con las sombras, liman su hambre contra el poste metálico de luz blanca de xenón, que sube, sube, sube, como una monstruosa flor imaginada, hasta escribir con su afilado resplandor en mi atónita ventana virtual controlada por cámaras digitales de circuito cerrado.
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El acto de escritura, para el sujeto que lo consume (y hablo aquí del acto de escritura como alguien habló del acto de la carne) constituye una experiencia privilegiada de autoexpropiación. Encarna, en su amenazante ambigüedad problemática, un espaciamiento disyuntivo que rompe con la presunta inmediatez de la conciencia unitaria, con la intimidad clausurada de la voz como órgano imaginario de apropiación.……………………………………………………....................................................................................
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"The dark satanic mills"
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Y así, suspendida mi conciencia en el filo impreciso de un instante que no es vigilia ni sueño, alguien mira desde mí en los balcones mi cráneo las redes de la vida y de la muerte: el intrincado vórtice de luces y sombras digitales que se abre de modo imprevisto en uno de los muros de mi cuarto. En su cambiante laberinto de reflejos y señales leo el pensamiento de mi mujer, experimento sus extrañas sensaciones humanoides. Siento las emociones simuladas de centenares de personas que atraviesan mi cuerpo y mi mente como ráfagas. Mi ser es una red interferida, una máquina mutante jugando con espectros, un espacio monstruoso y coreográfico. Cubierto mi cuerpo con el traje de sensores, adivino la ciudad latiendo oscuramente, creciendo como ameba gigantesca, respirando en el espacio torturado como un ávido rizoma que se expande.

Muchas veces me sorprendo en el corazón de la noche, intentando descifrar en ese muro amenazante -en su hosca maraña de espejismos cibernéticos- los contornos inviolables de nuestros rostros verdaderos, el enigma impenetrable de la ciudad terrible, el preciso lugar que ocupamos mi mujer y yo, y los demás, y todo lo existente, en la Programación Total de la Gran Máquina. ¿Ha sustituido ésta a la trama inmemorial del Universo?

29 de agosto del 2097. 6:00 A.M.

"Why do we labor at the text?" "What shall I do with this absurdity?"
"Mirror on mirror mirrored is all the show":


Llamarada convulsa del Eterno Retorno, trazo caligráfico en el polvo, filo inabordable del instante: lúcidos buriles que te escriben y desgarran: ¿dónde tiembla en una lágrima la solidez del mundo, si llora el Minotauro en la penumbra del espejo, y la herida entreabierta con la terrible verdad y sus puñales configura el Eterno laberinto?...La sangre ya se funde con el río que retorna. La página se mancha. El tiempo se desgarra. El crótalo se abisma en su vértigo neutro. Por la línea de fuga de la flecha el arquero y el blanco se disuelven

Conjunctio Abismo cuántico Carne delirante Fulgores del silicio Alexipharmakon Rueda que gira infinitamente Ojo del vértigo lento:

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Spiritus est qui unificat
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En un estado de febril agitación indescriptible me sorprenden los primeros aletazos de la luz en pleno rostro; hasta que un corro soñoliento de voces fantasmales, el viejo zumbido mecánico de los motores de las bombas de agua, la pantalla cubierta de símbolos de fósforo, el rumor de la respiración profunda de las cisternas, preludian el estallido final de las calles con el humo y el fragor de la materia que despierta.
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Patrones fractales de la carne; Sujetos de la "esquizia" tachados por el significante: ¡Rueguen por nosotros¡
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“La cuestión del futuro de la revolución es una mala cuestión, pues en tanto que uno se la plantea hay muchas personas que no devienen revolucionarias. Está hecha precisamente para eso, para impedir la cuestión del devenir revolucionario de las personas. No hay lugar para el temor, ni para la esperanza. Sólo cabe buscar nuevas armas."
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Y entonces, traspasada mi conciencia por una claridad extraña, pulsando el teclado del computador de Realidad Virtual con inmersión total, escribo nuevamente: sorprendida el agua destinada a saciar por un día nuestra sed de infinito, un hondo lamento de sirenas me señala que debo abrir los ojos a la verdad de la caída, que debo abalanzarme decidido hacia el momento pánico, hacia el terrible instante irrevocable.

Descubro ahora lleno de un horror indescriptible que el 29 de agosto de 1993, en el para mí remoto pasado milenio, la International Business Machine Corporation (IBM), concluyó un ambicioso Proyecto Secreto de Investigación Ciberantrópica que tornó explícitas y susceptibles de rigurosa y compleja formulación matemática las significativas y promisorias correlaciones que se producen entre determinados parámetros cibernéticos, algunos desconcertantes comportamientos cuánticos del mundo microfísico, ciertos sutiles patrones nano-robóticos y específicas variables electroquímicas propias del funcionamiento neurofisiológico de los seres humanos.

Como resultado de dicho Proyecto, vio la luz una bio-computadora mixta –parejamente húmeda y seca- de gran sofisticación para los estándares de su época. La máquina, en términos operativos, fue considerada por los especialistas en neurociencias y cerebros artificiales como la más perfecta clonación electrónica y nano-tecnológica del encéfalo humano hasta entonces alcanzada. Su programa, altamente complejo en su diseño, condicionaba a la prótesis nano-maquínica para que ésta no reconociera su propia condición de artificio producido por el hombre (o al menos, para que encontrara grandes dificultades en su proceso de autodescubrimiento); y lo que es todavía más singular, para que se creyera a su vez un ser humano dotado de la intencionalidad característica de la conciencia reflexiva del homo sapiens, y defendiera dogmáticamente la tesis tecno-filosófica de que nunca jamás las neurociencias, la biología molecular, la cibernética, la ingeniería de inteligencia artificial y disciplinas afines, lograrían duplicar la estructura y el prodigioso desempeño del encéfalo humano.

El maravilloso y diminuto constructo de laboratorio fue integrado al lugar pertinente del ectodermo en la fase embriológica de gastrulación terminal de un cuerpo humano clonado selectivamente -con casi todos sus órganos- a partir de la Chora de una célula madre, con la excepción del cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo “naturales”. Estos fueron desplazados, (como ya habrá podido vislumbrar el perspicaz lector de este informe), por los dispositivos electrónicos y nano-robóticos de un ciberencéfalo antrópico artificial, pequeño, pero de extraordinario rendimiento. La estructura corporal receptora del implante correspondía a la de un sujeto mulato biotecnológicamente retocado.
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"Y el hacedor le dijo a la esencia: ¿quieres ponerte un cuerpo? [...] Y la esencia obedeció. Pero la esencia sintió algo en su cuerpo, algo que era más que un cuchillo cortante, más que el miedo a las cosas: sintió angustia. Es ahora la esencia."
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Con temor, con reverencia, con humillación, ahora comprendo.

Como conjeturó el gran escritor suizo Jorge Borges en un viejo texto del pasado milenio referido a creaciones mágicas de Golems y Replicantes: el Maestro de una privilegiada academia de alumnos andróginos extraordinarios, sencillamente los soñaba interpolándolos luego en el llamado mundo real, hasta que descubre finalmente con vértigo y pavor su propia naturaleza de simulacro, su condición de criatura fantástica producida por Otro gran soñador o Demiurgo. "Lo real imposible no cesa de no escribirse".

Yo, Petronilo Ánima, identificado con un nombre que evoca antiquísimas tradiciones esotéricas, siempre creí haber nacido de padres humanos el 29 de agosto de 1993, en un desaparecido pueblo de la zona central insular del también desaparecido Continente Americano.

La conciencia "natural" o de síntesis sólo conoce la punta del iceberg tecnológico.

Como he dicho, siempre me creí humano, perteneciente al viejo género homo sapiens sapiens. Hoy, apropiándome de las palabras de Borges repito: con humillación, con horror, con veneración, con rabia, con agitado deslumbramiento comprendo: otros me habían soñado, yo era la viva materialización de sus sueños. La criatura mixta, el cyborg, la máquina humanoide pensante era posible: quien les habla siempre ha sido su prueba irrefutable.

Si mi realidad operante fue técnicamente posible ya en el año de 1993, en el pasado siglo XX, me sobrecoge pensar en las posibilidades actuales de las tecno-ciencias: siniestras líneas de fuga inapropiables que simplemente escapan a mis limitadas capacidades de comprensión.

La programación de la realidad incluye la programación de la muerte. Como dijo el muy remoto poeta griego Sófocles en una de sus obras conocidas en aquel entonces como tragedias: sólo de la muerte no triunfará el hombre. Y yo me atrevería a añadir: ni tampoco el cyborg.

Mi cuerpo deberá desaparecer, pero copias múltiples, que reproducen mis características aparentemente más singulares e irrepetibles, ya corren por los laberintos de la inmensa ciudad que constituye el Sistema Cibernético Espectacular Integrado (SICEIN).

Sí, corren, se desplazan vertiginosamente hacia el Mandala cuyo centro enigmático de un agua luminosa yo perseguí durante largos años, casi alcanzándolo cada día, escapándoseme interminablemente, para descubrir ahora en el temblor de una carne dolorida diseñada en laboratorio, que el enigma insondable era Yo Mismo.

Una red inextricable de preguntas tejida con angustia es mi oscuro pensamiento: ¿Por qué existe Algo y no simplemente Nada? ¿Será eterna la infamia y eterno el poder del Espectáculo? ¿Quiénes son los que se hicieron pasar por mis parientes y amigos más próximos? ¿Conocen ellos mi secreta verdad? ¿Son seres humanos verdaderos? ¿Cuál es la humanidad auténtica? ¿Qué son los hombres en realidad? ¿Sospechan ellos la dimensión tremenda de la incertidumbre y el Misterio?

Yo, Petronilo Ánima, el inhumano cazador de agua humana, el que ahora descubre la clave intangible que abre el abismo de la otra Memoria; yo, la criatura mixta, la máquina humanoide pensante, el cyborg, el marginado, el ser bestial que un día gruñendo subió las escaleras; la niña monstruosa, el mestizo humillado y ofendido, pregunto: ¿Quién eres yo? ¿Quiénes soy, habré sido y seré yo? ¿Seré acaso tú, y ya no lo recuerdo?.......................................................
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"El sujeto es, entonces, un montón de partes fragmentadas que se mantienen unidas gracias al adhesivo simbólico que es el apego al orden falocéntrico o la identificación con él. Un montón de chusma, que se llama a sí misma el centro de la creación; un nudo de carne deseante y temblorosa, que se proyecta a las alturas de una conciencia imperial"...................................
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"il n'est point vrai que l'oeuvre de l'homme est finie/que nous n'avons rien a faire au monde."
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"Nuestro canto no cabe en las banderas/ ellas caben mejor en nuestro canto."
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"Planteamos un problema que concierne a la estrecha relación que existe entre el capitalismo y el psicoanálisis, por una parte, y entre los movimientos revolucionarios y el esquizoanálisis, por otra. Paranoia capitalista y esquizofrenia revolucionaria, por así decirlo, pero no en el sentido psiquiátrico de estos términos sino, al contrario, a partir de sus determinaciones sociales y políticas, de las que sólo bajo ciertas condiciones se deriva su aplicación psiquiátrica. El esquizoanálisis tiene un solo objetivo, que la máquina revolucionaria, la máquina artística y la máquina analítica se conviertan en piezas y engranajes unas de otras".………………………………….........
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 Una tarde, igual en apariencia a tantas otras, repentinamente -como cae de un árbol la fruta ya madura- me encontré anclado con angustia en la certeza de que mis torpes e ingenuas preguntas no hallarían jamás, en el encierro ilimitado de una torre, las respuestas absolutas esperadas.

Poco después de la lenta y agobiante caída del sol por detrás de los altos edificios, mientras dormía Marvina, mi poderosa mujer, abandonada a la extraña fluencia de sus sueños, sentí de golpe, oscuramente, nunca antes con tal terrible intensidad, el recóndito llamado de la Urbe, el secreto y persistente reclamo irrevocable.

Como aquél que percibe en el monótono devenir silencioso de la gris arena de los días la llegada ominosa de un instante decisivo y prefijado, abandoné de inmediato el resplandor hipnótico de la pantalla del computador y escuché el rumor de la Ciudad en mi sangre. Cerré los ojos un momento para abrirlos de pronto hacia otra luz, ya galopando con la fiebre de mi cuerpo en la resolución y el asombro. Temblaba el misterio en la clepsidra...

Le dije adiós con la mirada a Marvina: ella sabría, sin lugar a dudas, sobrevivir y sobrepensar perfectamente sin mi torpe y borrosa presencia. Me despedí de mis viejas pertenencias laborales, del espacio familiar que por tantos años me había acompañado en días incontables de rutina o desconcierto, y observé desde el balcón, por un instante, la tintura ocre que empezaba a cubrir el cielo agrietado de la tarde.

Desde la altura de mi habitual puesto de vigilancia, escuché por última vez, con los dispositivos protésicos de audición infrasónica, el remoto fragor enigmático de la inmensa ciudad que me esperaba. Luego, encaminando mis pasos hacia el pasillo de escape, que aguardaba silencioso en penumbras, comencé al fin a descender con firme lentitud las escaleras...



A la memoria del poeta

Manuel del Cabral





© Armando Almánzar Botello




Agosto de 1993 – Septiembre 20…



Del Libro: Cazador de Agua y otros textos mutantes. (Antología Poética 1977-2002).
Editorial Gente, Santo Domingo, R. D. Noviembre de 2003.