"«Todo fluye»: también este pensamiento. ¿Y ello no hace que todo vuelva a detenerse?" Paul Celan
Al inicio del acto de escritura el sujeto impersonal cumple infinitos de no ser, de no haber sido siendo. Luego muere para renacer en la lectura de otro sí mismo, interminablemente... A.A.B.
Por Armando Almánzar Botello
A la memoria de Jacques Derrida
La escritura intensiva es ambigua. Siempre comporta para el viajero un riesgo de muerte y locura en la exploración del desierto. Ella es medicina y veneno simultáneamente: pharmakon paradójico disuelto en el agua indescrita del oasis...
Encontrar el oasis salvador de puras aguas medicinales ya no es 'propiamente' la escritura como diseminación, es más bien la lectura interpretativa —realizada por el viajero mismo, en primer lugar—, de la cosa viva y monstruosa que un 'Se' impersonal ha engendrado y vomitado arrancándole arena, cactus, frío y ardor a la experiencia inconmensurable del desierto. 'Se' da el agua clemente a eso en el oasis de lo verosímil.
Escribir es un despliegue peligroso de huellas con rumbo firme o vacilante hacia lo ignoto. Lo salvífico sería tener fe en el propio riesgo, en la terrible gratuidad de la aventura, saber leer-descubrir el sentido recóndito de nuestros pasos en un posible repliegue o retorno desértico a la codificada seguridad de la Tribu.
© Armando Almánzar Botello
Santo Domingo, República Dominicana
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2 comentarios :
Me encantaría compartir este maravilloso texto! Es mucho lo que tengo que leer pero tengo fe en que me alcanzará la vida aunque sea para leer algo de todo lo que me hace falta. La escritura intensiva es medicina y veneno simultáneamente, qué gran verdad! Un beso.
Escribir es sin duda retar a la muerte en cada uno de los trazos, atravesar las sombras de los silencios del lenguaje para desnudarse, y sentirse vivo, en la luz que purifica.
Algo de su poesía ya había leído, pero ha sido un verdadero placer descubrir su blog.
Un cordial saludo.
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