lunes, 19 de diciembre de 2011

RELATO COLECTIVO HIPERTEXTUAL

BOCETO DE UN JUEGO IMAGINADO
(CUM GRANO SALIS)




Por Armando Almánzar Botello 



En un mundo realmente feliz, propondría que construyéramos una novela hipertextual y colectiva (una suerte de Gran Poema de Nadie, como dice el poeta y ensayista español Dionisio Cañas a propósito de su proyecto de hacer poemas con basura) entre todos los amigos open mind de Facebook, y que utilicemos para ello las informaciones que existen en nuestra mensajería privada....

Eso no significa que deleguemos la decisión de publicar nuestros datos privados en manos de personas inescrupulosas capaces de alterar las informaciones, personas quizá carentes de ética profesional y/o ajenas a la complejidad vital y         est/ética del juego hipertextual que sugiero... ¡No! La decisión de publicar debe partir de un acuerdo entre los interlocutores involucrados en la conversación privada en cuestión... 

El único impasse ‘técnico’ sería el cómo garantizar la veracidad de lo que cada grupo de interlocutores plantearía como sus reales contenidos de mensajería personal... Problema ético, psicológico, jurídico, filosófico… policial... 

¿Qué es la ficción, qué es lo virtual, qué es lo público, qué es lo privado, qué es la realidad en el mundo postmoderno?... ¿Qué son la política y la micropolítica? 

¿Quién nos oprime? ¿Cuáles atractores extraños despedazan y se roban nuestras vidas, nuestro tiempo, nuestra creatividad? ¿Perdura en nosotros, a pesar de lo virtual, un misterio a plena luz, un algo impenetrable?... ¿Qué son el erotismo, el amor, la fidelidad, la sinceridad, la hipocresía, el cinismo, lo verdadero, la mentira, la amistad, lo falso, en el contexto de las redes sociales virtuales? ¿Son posibles una nueva ironía textual, cibernética, y un info-humor colectivo, transgresivo y dislocante? 

¿En cuáles clusters informáticos reposan nuestras informaciones más ‘recónditas’ y quiénes tienen el ‘derecho’ o la posibilidad de manejarlas? ¿Se negocian esas cuotas de poder sobre la información privada de las redes sociales en encuentros paradigmáticos como el de Davos? ¿Vivimos en realidad la época de la transparencia total y del fin absoluto de la privacidad? ¿Tendría poder de manipulación el hacker en un juego donde cada cual asuma explícitamente la estrategia del auto- desenmascaramiento? ¿Sería saludable, social, económica y políticamente, legalizar las drogas prohibidas con miras a incrementar la transparencia, 'honestidad' y performatividad del sistema? 

¿Qué valor revisten hoy la auténtica poesía y el arte resistente como exploraciones de lo desconocido?... 

El llamado ‘terrorismo’, ¿no sería el escotoma, el grano de opacidad inabordable, el grado cero de la transparencia del mismo sistema monstruoso de poder homeostático, que de modo patológico vendría a ofrecer resistencia a lo visto, a lo dado-a-ver, a lo en-exceso-conocido, previsto y programado? ¿Qué nuevo valor político reviste ahora el auténtico enigma del Acontecimiento, ése que desborda la oposición privado/público?... 

Sueño con un relato hipertextual y colectivo que plantee y problematice todos estos interrogantes.



CODA

Lo que consideramos 'PRIVADO' se encuentra actualmente secuestrado y manipulado por los poderes económicos, políticos y tecnocráticos más duros. Por no decir totalmente CONSTRUIDO por esos poderes. El SECRETO es precisamente lo que difiere de lo privado, y no alude a un contenido intencional que no realiza su expresión o manifestación explícita, sino a un acto 'a plena luz negra' que sustrae su regla de operación al cálculo, a la programación banalizante, al algoritmo y a los atractores extraños que comandan y recentran la aparente 'multiplicidad en el descentramiento' que caracteriza al señuelo de libertad que ofrece una falsa tardo-modernidad crematística.

Lo 'privado', tal como hoy se nos ofrece, es un lujo del capital financiero informatizado... Otra cosa es la singularidad del 'secreto' como acontecimiento imprevisible...

Escribo esto a la memoria del gran pensador francés Jacques Derrida.


© Armando Almánzar Botello 


29 de noviembre de 2011 
Santo Domingo, Rep. Dominicana 

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