jueves, 8 de agosto de 2013

Balbuceos, lágrimas, fragmentos...

Falso grado cero de la vanidad sin genuino Carnaval: ¡Resentido, enmascarado, acomplejado y trivial Narcisismo Apofático!

"Who shall say I am not / The happy genius of my household? ". William Carlos Williams.

El dios Shiva Danzante

Por Armando Almánzar-Botello



Una Persona sin Ego, sin Yo Especular, no existe. A no ser que finja carecer de él, o esté disuelta, anulada por la locura, el goce radical, la iluminación súbita o la muerte...

Después de su mascarada falsamente apofática, cuando prosigue viviendo y reviene a la necesaria discontinuidad de las singularidades congregadas, la Persona, por más minusválida y resentida que resurja en la Escena del Mundo, obligatoriamente participa de un Ego, aunque se descubra éste subordinado a un "Se" impersonal que lo alumbrará en su Gracia...

Creer lo contrario es propio de aquellas pseudo-entelequias resentidas contra la vida, las cuales, cuando están solas y desnudas en su cuarto, se miran la barriga prominente ante un Espejo y se dicen quedamente a sí mismas, con su voz más dolorida, nasal y aliterante: ¿Por qué fracasé como Ego en la Música, por qué sucumbí en la Vida y en el Canto, en la risa escritural y en el fragor prosódico?; ¿por qué no pude acceder al grácil Arcano, inocente y prolífico, de todas las Bellas Artes?


Y comienzan entonces, marionetas en mortuoria soledad, tímida y tortuosamente, a esbozar desnudas una irrisoria y ridícula danza…

Otra cosa muy distinta es confundir al Sujeto con dicho Ego tullido y fracasado, falsamente orgiástico y danzante.



Mayo del 2010



© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana.

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