jueves, 17 de febrero de 2011

Cuerpo explícito: anatomías de la abyección




Francis Bacon. Estudio del cuerpo humano. 
                                             Figura en movimiento. 1982.





Artículo invitado de
Fabián Giménez Gatto:




Cuerpo explícito: 
anatomías de la abyección en los performances de Sprinkle, Flanagan y Orlan


A partir del análisis de algunos performances de Annie Sprinkle, Bob Flanagan y Orlan, se sitúa, al interior del arte abyecto, la emergencia de lo que podríamos llamar cuerpos explícitos. La abyección como programa, es decir, como conexión  de deseos, conjunción de flujos y continuum de intensidades, problematiza la corporalidad en una deriva más allá del organismo, la significancia y la subjetivación. El recorrido por estas anatomías de la abyección permite abordar, retomando algunas ideas de Gilles Deleuze y Félix Guattari, ciertas prácticas artísticas vinculadas con la construcción explícita de un cuerpo sin órganos. En este sentido, el arte carnal de Orlan pone en escena a un cuerpo quirúrgico, el arte médico de Flanagan produce un cuerpo masoquista y los performances pospornográficos de Sprinkle nos enfrentan a un cuerpo ginecológico.
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FABIÁN GIMÉNEZ GATTO • DOCTOR EN FILOSOFÍA
Centro de Diseño, Cine y Televisión
fgimenezgatto@yahoo.com.mx



¿ Por qué esta cohorte lúgubre de cuerpos cosidos, vidriosos, catatonizados, aspirados, cuando el CsO [cuerpo sin órganos] también está lleno de alegría, de éxtasis, de danza?

Deleuze y Guattari



1. Cuerpo explícito, una aproximación a la corporalidad performática

Comencemos con algunas aclaraciones preliminares. A diferencia de Rebecca Schneider,(1) quien considera al cuerpo explícito, en el marco del arte feminista, como un cuerpo socialmente marcado, mi aproximación a la corporalidad performática está signada por una impronta deleuzeana-guattariana, más cercana al cuerpo sin órganos de Antonin Artaud.(2) Por otra parte, el sentido de lo explícito, tal como veremos a continuación, reviste, en mi aproximación al arte abyecto, un carácter, si se quiere, más etimológico; a diferencia de la conceptualización de Schneider, orientada a ubicarlo como una estrategia feminista particular, desplegada en el cruce de arte y pornografía en las últimas décadas. Es decir, lo que me interesa es dimensionar la literalidad de lo corporal, su representación explícita, en ciertas manifestaciones artísticas contemporáneas, vinculando un uso intensivo y asignificante del cuerpo con lo que podríamos llamar un programa, el trazado de un plano de inmanencia de lo corporal, prácticas que no responderían, necesariamente, a una estrategia específica, como sucede en los análisis de Schneider tanto del arte feminista esencialista como del posmoderno.

El cuerpo explícito será, si nos dejamos llevar por la etimología, un cuerpo, desplegado, desdoblado, desenrollado, abierto y sin secretos. “Abra el presunto cuerpo y exponga todas sus superficies”,(3) así empezaba, programáticamente, el libro Economía libidinal de Jean-François Lyotard. Cuerpo desplegado, abierto, convertido en pura superficie sin interioridad, procedimiento antibarroco, no un juego de pliegues sobre pliegues sino el despliegue del cuerpo como banda de Moebius, “la banda del cuerpo libidinal abierto y extendido en su única cara sin reverso, cara que nada oculta.”(4) Explicitus, participio pasado de explicare, sugiere esta transparencia moebiana de lo corporal, esta visibilidad extrema del cuerpo en escena, producción de una superficie perfectamente iluminada, sin sombras ni ocultamientos.

Explicit, tercera persona del singular, señalaba, en la edad media, las últimas palabras de un texto, significando “aquí termina”; quizás estamos viviendo la hora postrera de los discursos y representaciones en torno a la corporalidad tal y como la conocíamos, en este sentido, el cuerpo explícito es un cuerpo paroxístico. Entonces, lo explícito podría ser el nuevo eufemismo para referirse al traumático paroxismo de lo corporal en la textualidad contemporánea. Explicitus est liber: en la discursividad traumática de lo abyecto, el cuerpo, en su literalidad, tiene la última palabra.


2. Anatomías de la abyección, retazos de la discursividad traumática

Se ha hablado mucho del retorno del cuerpo en el arte de los noventa, este cliché debería corregirse. Pareciera que no estamos frente a un retorno sino ante un devenir, transitamos, en términos de abyección, de los fluidos corporales a la fluidez de lo corporal. En este sentido, lo abyecto y lo informe resultan ser nociones cada vez más inseparables en los análisis de lo que nombramos con el afortunado oxímoron de arte abyecto. Me explico: lo informe traza las coordenadas heisenbergianas de lo que podríamos llamar una anatomía de la abyección. Anatomías paradójicas, inciertas, corporalidades desreguladas ubicadas en los límites de una ciencia que estudia, modulándola, la estructura interna y externa del ser humano; lo informe, al contrario, desestructura la estructura orgánica; los cuerpos explícitos serán, entonces, la parte maldita de la anatomía.  Lo informe, nos dirá Bataille, “no es sólo un adjetivo con determinado sentido sino un término que sirve para desubicar, exigiendo generalmente que cada cosa tenga su forma.”(5) O bien, podemos agregar, que cada cuerpo tenga sus órganos. 

Lo informe corporal nos remitirá a la noción de cuerpo sin órganos, entendida como un conjunto de prácticas corporales que tienden hacia lo informe. En palabras de Deleuze y Guattari, el cuerpo sin órganos “ya está en marcha desde el momento en que el cuerpo está harto de los órganos y quiere deshacerse de ellos, o bien los pierde.”(6) Obviamente, esta afánisis corporal no es física sino metafísica, deconstrucción de la propia idea de organismo como organización formal de los órganos del cuerpo. Más allá de lo anatómico, episteme (saber) que funciona como parergon (marco) delbody art, el cuerpo explícito, en su condición informe, será un cuerpo posmetafísico, es decir, anatómicamente incorrecto. De la metáfora a la metonimia, deconstrucciones y descuartizamientos, toda una retórica carnal, plagada de elipses, aliteraciones, hipérboles y sinécdoques de lo corporal, traza el plano de inmanencia de una anatomía imposible.






Artículo de Fabián Giménez Gatto (completo): 
DISCURSO VISUAL* REVISTA DIGITAL* Cenidiap










Sobre el mismo tema, en este 
blog Cazador de Agua, de la autoría de 
Armando Almánzar Botello: 

"Carnalidad mutanteConfecciones del cuerpo en el arte contemporáneo":

http://cazadordeagua.blogspot.com/2010/04/carnalidad-mutante.html

"La CaídaTexto neo-testimonial":

http://cazadordeagua.blogspot.com/2010/04/la-caida.html






  


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