jueves, 6 de octubre de 2011

Prosodia de sangre

El máximo resplandor de la verdad,
el enigma o el secreto, se alcanza
en el instante irrevocable del grito
y el silencio. A.A.B.


                              Egon Schiele. El abrazo. 1917



Por Armando Almánzar Botello




Desplegada en el vacío de una herida
la escena de la carne abre un acto de escritura.

Mujer dormida            temblor de luna,
en la página el silencio nos reclama
y nos absuelve…

Presintiéndome una boca
palpitando entre tus sueños,
late sílabas de fósforo tu
                                     oscuro palimpsesto.
Me transcurre su mujer alucinada por los labios,
esa íntima verdad erguida,
                                        brevemente…

Caminando ya mi aliento desdoblado 
entre tus piernas,
limpio vuelo sostenido de mi lengua por tu carne 
obstinado como un rito en el umbral de tu secreto,
en tu centro el pensamiento, leyéndote desnuda,
te oscurece con su faro de tinieblas…. 

Una ciega negrura de la tinta 
resbala mi deseo por los bordes
del asombro:
                    inasibles destellos del vacío.

Floreciendo en la penumbra de otro sueño
(escritura en la fronda muy pronto enmarañada)
tu lirio es a mis labios como el grito de la sangre.

Mujer desnuda            temblor de luna:
Desplegado el abismo del espanto,
en la página mi angustia nos inventa y nos disuelve…



Septiembre de 1984.
Santo Domingo, República Dominicana.


Cazador de agua y otros textos mutantes.
Antología Poética 1977-2002. Editora Gente, 2003. Página 40.






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