Por Armando Almánzar Botello
Y ahora vuelves tú,
memoria de mi lengua,a decirme con el viento las líneas de su fuga,
a cantar con boca lúcida en la noche
de su cuerpo
mil pájaros de lumbre que cieguen a la muerte.
Sueño abierto es mi mujer,
temblor secreto de fonemas.
Huellas y vestigios de horizontes por sus labios.
Cercanía remota de su aliento…
Ella vuelve como el mar para darme nuevamente
la unidad perfecta de un latido,
la rosa perdurable de los vientos.
¡Oh vértigo fecundo en el instante de lo eterno!:
Surgen de sus manos las flores prometidas.
Caricias: Primaveras:
Pensativas claridades…
Rota la belleza,
cobra cuerpo el futuro insondable del espectro:
El Deseo indestructible….
Alguien traza iluminado,
lentamente,
la escritura invisible de los Nombres...
© Armando Almánzar Botello
Santo Domingo, República Dominicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario